El timo del biberón

Tres mujeres que actúan en grupo acaban de inventar lo último en timos: llaman en casa de personas maduras y ruegan que les dejen pasar a calentar un biberón para un niño. Con tan tierna excusa, las víctimas no saben negarse. Sin embargo, las desconocidas aprovechan la ocasión para sustraer las joyas y objetos de valor. Una vez más queda claro que la imaginación de los amigos de lo ajeno no tiene límites.A las 14.20 horas del pasado jueves, tres jóvenes bien vestidas llamaron al telefonillo del portero automático de la casa de Carmen R. R., de 79 años, domiciliada en la calle de Ramón Serrano, en el barrio de Carabanchel. La anciana, sin duda, se resistió a abrir la puerta a las desconocidas. Pero éstas le convencieron asegurando que eran sobrinas de Milagros, otra vecina de la finca.

Carmen se confió al fin, tras escuchar el nombre de su vecina, y franqueó el paso a las tres visitantes. "Perdone que le molestemos", dijeron ellas, "pero es que necesitamos calentar agua para dar un biberón a un niño". Ante tan maternal requerimiento la anciana se ablandó:"Pues no faltaba más...".

Las avispadas delincuentes hicieron el paripé ante la solícita samaritana. Incluso le mostraron al orondo bebé que una de ellas llevaba en brazos. En realidad, todo era un cuento encaminado a ganar la confianza de la víctima.

En un determinado momento, una de las mujeres rogó a la víctima que le mostrara dónde estaba el cuarto de baño, ya que precisaba satisfacer una urgencia fisiológica. Gracias a tal estratagema, la desconocida entró en otra habitación y se apoderó de joyas valoradas en 400.000 pesetas, además de otros objetos diversos.

El niño acabó de tomar el biberón y las jóvenes se despidieron de Carmen, reiterándole una y mil veces su agradecimiento por su hospitalidad. Luego, cuando la anciana se quiso dar cuenta de que las desconocidas le habían limpiado,la casa, no pudo hacer más que marcar el 091 e informar a la policía de lo que le había ocurrido. Los agentes de Carabanchel intentaron localizar al trio femenino, pero éste había decidido poner tierra de por medio, tras obtener un botín tan suculento de forma tan fácil.

Horas después de estos hechos, otra mujer domiciliada en la avenida de Menéndez Pelayo, cerca del parque del Retiro, requirió a la policía para informar de que tres mujeres le habían robado por el procedimiento del: descuido unos pendientes de oro y brillantes valorados en un cuarto de millón de pesetas.

Bien vestidas

En esta ocasión, la víctima del hurto fue María Asunción R. C., de 61 años de edad, quien relató que sobre las 19.30 horas llamaron a su puerta tres chicas que le pidieron el favor de que les dejara calentar el agua para dar el biberón a un chiquillo de pocos meses.

María Asunción, que estaba acompañada de su marido, no vió ningún motivo para desconfiar. Además, las timadoras iban bien vestidas y tenían cara de no haber roto un plato en toda su vida. Al rato, sin embargo, se daría cuenta de qué equivocada estaba...

La anciana desvalijada en el barrio de Carabanchel describió así a dos de las autoras del timo del biberón: una de ellas medía 1,55 metros de estatura, aparentaba 24 años de edad y tenía el pelo de color castaño y liso; la otra era de similares características, aunque era un poco más delgada y su cabello era castaño y rizado. La policía está tras sus pasos.