La ciencia al alcance de todos los públicos en 'Más allá del 2000'

La divulgación científica televisiva no ha ocupado nunca espacios estelares de la programación, pero puede convertirse en ocasiones en una floreciente industria. Es el caso de Más allá del 2000, serie australiana que ha logrado levantar sobre sí un pequeño imperio empresarial gracias al éxito en más de 50 países de una nueva propuesta de magazine divulgativo que intenta poner al alcance de la audiencia, de una forma sencilla y entretenida, los últimos descubrimientos científicos y avances tecnológicos.

Lo que diferencia a ésta de otras series de divulgación (alguna de ellas tan popular y longeva como la británica Tomorrow's world) y lo que, según su equipo, le ha abierto las puertas en todo el mundo -Estados Unidos, Europa, la Unión Soviética, Sureste asiático, China- es la forma de aproximar al telespectador la abstrusa materia científica, procurando al mismo tiempo que ésta tenga relevancia en su vida cotidiana. Es algo parecido a una enciclopedia para uso de toda la familia en la que ésta puede encontrar un poco de casi todo, desde la aplicación del idioma chino para el trabajo con ordenadores o la mejora biológica del camello, hasta la adaptación de trenes a los climas fríos, la utilización de sensores de infrarrojos para detectar la reacción del público ante un espectáculo teatral o los nuevos libros electrónicos.

Más allá del 2000 tiene otras particularidades. Su equipo se desplaza por todo el mundo para realizar in situ los reportajes y dar una visión lo más global posible; y no hay científicos en él, son gente profana en la materia que trata de ponerse en el lugar del potencial telespectador. Más allá del 2000 se emite hoy, a las 15.30, por TVE2.