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Entrevista:

Tamames: "El CDS buscaal electorado radical"

El diputado centrista descarta un pacto con el PP

A sus 55 años cumplidos, el economista y político Ramón Tamames asegura que no ha tenido que desprenderse de ropaje alguno para dar el salto desde Izquierda Unida hasta el CDS, partido al que ha llegado "de manera natural" y en el que antiguos amigos le han aconsejado 100 días de prudencia. Ahora comparte el mismo partido que el democristiano Modesto Fraile, el centrista puro Rodríguez Sahagún o el antiguo socialista Raúl Morodo; pero él cree que su nueva opción política se dirige al electorado radical y progresista, y no observa síntomas de pacto con Fraga.Pregunta. ¿Tiene usted claro a qué clase de partido ha ido a parar?

Respuesta. Pues... razonablemente, porque yo no pretendo conocer el CDS en las tres semanas que llevo dentro, aunque hay personas a las que trato desde hace mucho tiempo. Yo no he ocultado nunca mi admiración por lo que representó Adolfo, Suárez en la transición y por el coraje que ha demostrado, no sólo por la legalización del PCE el 9 de abril de 1977, que no olvidará quien haya vivido ese momento; o lo que representó enfrentarse con la realidad y poner en marcha los pactos de la Moncloa, o su comportamiento personal el 23-F. Yo he admirado también el coraje de echarse a la calle a crear un partido nuevo, con un talante en el que hay mucho de liberal.

P. ¿El CDS es o no un partido de centro izquierda? ¿Dónde busca su voto?

R. Yo creo que el CDS tiene un planteamiento radical, en línea con lo que fue lo mejor del azañismo: la voluntad de enfrentarse con los viejos problemas de un viejo país. Cuando Suárez abordó el problema de las autonomías, desbordó las expectativas más avanzadas, y hoy esa cuestión no tiene la virulencia que alcanzó en la Segunda República, cuando todo se centró en Cataluña y en el País Vasco. Los planteamientos del CDS sobre el servicio militar, en las últimas elecciones, también fueron un signo radical. Y me atrevo a decir que hay que dar un paso más: el CDS tiene que estudiar el servicio militar voluntario.

P. Pero es casi imposible que un partido radical llegue a ser mayoritario.

R. No es tan imposible. Lo que pasa es que el término radical se asocia con experiencias italianas que no son el mejor exponente. El sentimiento progresista y radical del CDS es de amplio espectro, y va desde el respeto a las libertades, el desarrollo ole la sociedad civil y el apoyo a la distensión, hasta conseguir alguna implicación entre el mercado y la planificación. Yo creo que todo eso puede convencer a muchas personas, y no sólo a las masas urbanas, como a veces se dice. La España agraria ya no es la España rústica y cerril; ya no es la España de cabreros, de la que se lamentaba Gil de Biedma.

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"Triple desprecio"

P. Usted tuvo mucha participación en, los pactos de la Moncloa. ¿Cree que esa negociación debería repetirse en la España de hoy?R. La historia no marcha en vano: nada se puede repetir de la misma forma, como dijo Heráclito. El espíritu de aquellos pactos sería hoy una reflexión sobre el período de gobierno del PSOE -yo me resisto, a decir Gobierno socialista-, en el que se ha producido un triple desprecio. No ha habido un esfuerzo para transformar a los parados en trabajadores eficientes: y ahora que empieza la recuperación no hay especialistas en nada. Se ha despreciado también la planificación y no tenemos autopistas, ni autovías, ni ferrocarriles, ni equipamientos. Y el triple desprecio termina con la gente: tanta historia con la presión fiscal y resulta que tenemos unos servicios públicos impresentables.

Se han hecho esfuerzos para mejorar los servicios públicos, pero ha habido una fálta de previsión total y la recuperación nos ha cogido con una mano delante y otra detrás, como dicen los castizos.

P. Y en esa reflexión, ¿deberían participar los sindicatos?

R. Hombre, de otra cosa no podré presumir, pero soy el diputado que ha presentado los dos únicos proyectos de consejo económico y social. Los protagonistas del diálogo, naturalmente que tienen que reunirse, y ya no es cuestión de que lo hagan sólo en la Moncloa, sino en un foro permanente como el Consejo Económico y Social, en el que tienen que verse los sindicalistas y el señor Cuevas, y en el que el señor Termes debería explicar por qué los tipos de interés están al nivel que están. Pero qué casualidad: cuando empiezan a ponerse de acuerdo el señor González y el señor Herrero de Miñón es sobre la ley de huelga y el Consejo Económico y Social. Van a hacer normas restrictivas, eso está claro.

"No soy un chaquetero"

P. ¿Qué ha pedido usted a Adolfo Suárez, para entrar en el CD S?R. No ha habido una negociación: sería siniestro haber planteado esto al llegar a un sitio en el que no es tan fácil entrar, como saben muchos que no es que hayan sido rechazados, sino que se encuentran en situación de espera.

P. ¿Se ve usted alcalde de Madrid?

R. No. Eso fue una ilusión de juventud.

P. ¿No habría sido más natural terminar en el PSOE, como otros muchos de sus antiguos camaradas del PCE?

R. Yo nunca he creído en los actuales líderes del PSOE. Cuando se debatía la incorporación a la OTAN en el Congreso de los Diputados, a ini aquello me sonaba a falso: decían que'de entrada, no'; luego pasaron a lo de `si entramos por mayoría absoluta, saldremos por mayoría absoluta', y desde ahí nos metieron de Heno en el complejo industrial-militar. Eso es lo que yo llamo chaquetear: cuando me acusan de que he cambiado, tengo que responder que el que sígue igual soy yo. Después me he alegrado de saber que Suárez también votó no en el referéndum de la OTAN.

P. ¿Y qué hará usted dentro de año y medio, si se ve en una coalición con el Partido Popular?

R. Vamos a ver: ¿con quiénes querían pactar Berlinguer y Willy Brandt? Pues con las democracias cristianas respectivas. Esas situaciones han sido consideradas como pactos de progreso. Pero, francamente, yo no veo un pacto de este tipo, no es el talante que observo dentro del CDS.

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