La izquierda de la DC italiana apoya a Forlani
Arnaldo Forlani es ya, virtualmente, primer secretario de la Democracia Cristiana (DC), partido de mayoría relativa en Italia. Le falta sólo la votación de los 1.300 delegados que asistirán en Roma al congreso. Pero ésta será apenas un trámite tras el apoyo de la izquierda del partido, que inicialmente estaba dividida sobre su candidatura. Forlani, por otra parte, supo transformar los aplausos y silbidos con ocasión de su discurso del domingo ante los 1.100 delegados.
Puede considerarse ya a De Mita como nuevo líder de la DC porque se disipó la última incógnita: la posición de la izquierda del partido, que al principio estaba dividida sobre la conveniencia o no de presentar una nueva candidatura. Pero ya en la tarde del domingo la izquierda anunció oficialmente que apoyaba por unanimidad la decisión de aceptar la candidatura del prudente Forlani, que no sólo ha aceptado la línea de renovación lanzada por De Mita hace siete años, sino que afirmó con ironía que dicha renovación tiene aún que empezar. Y así, de la noche a la mañana, Forlani se ha convertido en signo de unidad del partido, al haberse subido en seguida todos al carro del vencedor.Algunos miembros del ala izquierda, como Guido Bodrato, vicesecretario del partido, ha confesado que ahora, guste o no a quienes habían apoyado a De Mita, "se abre una época nueva".
Los observadores insisten en que la aceptación de Forlani como líder significa la derrota de la izquierda histórica de la DC. Y que dicha izquierda ha aceptado al final al candidato para poder, por lo menos, aspirar a la presidencia del partido, puesto que deja vacante Forlani y que desearían fuese asignado a De Mita. Mientras tanto, se ha puesto en marcha la lucha por los puestos del poder. Hay ya cinco pretendientes a las dos vicesecretarías. Y se habla de que quizá, para contentar a todos, Forlani decida crear cuatro vicesecretarías.
Una declaración de De Mita a la radio provocó ayer la alarma. A la pregunta de si, con la llegada de Forlani al liderazgo, pensaba en un reajuste de Gobierno, De Mita respondió: "Se podría también cambiar al capitán". De Mita dijo que se había tratado sólo de una broma, pero hay quien lo ha interpretado como una amenaza.
