El Spórting y el Real Madrid protagonizaron en El Molinón un partido de otra época

El encuentro de anoche entre el Spórting de Gijón y el Real Madrid fue de otra época. Su resultado fue como para restregarse los ojos de incredulidad y, sin embargo, su juego no pudo ser más sencillo y elemental. Los dos equipos salieron a ganar de frente, evitaron cualquier barroquismo en sus evoluciones y no se detuvieron en ninguna clase de negociaciones previas en el centro del campo. Ambos, que se habían enfrentado el pasado domingo en la Liga en el estadio Bernabéu -triunfo madridista por 5-1-, enfilaron el camino más recto para llegar a la portería contraria. ¡Y vaya si llegaron a ella!El Spórting y el Madrid devolvieron, en efecto, el vigor perdido a la Copa del Rey, jugaron a golear y lo más notable es que lo consiguieron los dos, circunstancia ésta que no se produce prácticamente nunca -el Madrid perdió en el campeonato liguero de la temporada 1985-1986 ante la Real Sociedad, en Atocha, por 3-5-. El público, que fue el más beneficiado, salió de El Molinón satisfecho por el espectáculo presenciado y tras aplaudir largamente, en reconocimiento de ello, a los dos conjuntos al final. Muy pocos de los presentes habrían visto antes cosa igual y todos ellos tendrán ya un recuerdo para muchos años. La recíproca goleada les habrá hecho olvidar además la polémica suscitada en los últimos días con la directiva, que obligó a pagar un suplemento una vez más a los socios. Después de lo de ayer, nadie se acordó para nada de la cartera.

Pero, por detrás del brillo de los goles, los dos equipos manifestaron evidentes insuficiencias. En el caso del Madrid se refirieron principalmente a su sistema defensivo, tan descompensado y frágil que no sólo llegó a recibir cinco goles, sino que tres de ellos se produjeron en el estrecho margen de poco más de cinco minutos.

El Spórting igualó por dos veces el resultado, lo que contribuyó decisivamente a realzar el festejo. Primero, cuando perdía por 0-2, y después, cuando lo hacía por 2-5. Quizá el orgullo herido de los jugadores asturianos, que en tres días han soportado 10 goles del Madrid, fue motivo suficiente para su espectacular reacción en las postrimerías de esta contienda.

Para la anécdota quedan los hechos de que el alemán occidental Schuster despachó uno de sus partidos más completos de los últimos tiempos; de que Michel, al contrario que el último domingo, pasó mucho tiempo del encuentro inadvertido, o de que el Madrid, en fin, jugó con un equipo de componendas y sin muchos de sus puntales más destacados. Desde la otra perspectiva, Pedro, el suplente de Ablanedo II, ha encajado nada más y nada menos que 17 goles en los tres partidos en los que se ha enfrentado en su vida al Madrid. Y todavía le queda el de vuelta, el miércoles próximo, de ida la baja del titular de la portería rojiblanca.