Prosigue la búsqueda de los dos montañeros franceses sepultados en Sierra Nevada

Los cuerpos de los montañeros franceses Philippe Enry, de 52 años, y François Abraham, de 56, sepultados la tarde del domingo, junto a cuatro compañeros, por un alud de nieve en las proximidades del Mulhacén, en Sierra Nevada (Granada), no pudieron ser localizados ayer por las 40 personas que participan en las labores de rescate. La búsqueda fue suspendida hacia las cinco de la tarde y se reanudará esta mañana.

Nicole Issali, la única superviviente, se trasladó ayer al lugar del accidente para aportar datos sobre la situación de sus compañeros cuando se produjo el deslizamiento de nieve que arrastró consigo toneladas de barro y piedras.El servicio de rescate, formado por efectivos de Protección Civil, miembros del Ejército y de la Guardia Civil, solicitó por la mañana un detector de metales para dar con los cuerpos de los montañeros. Las fuertes rachas de viento en el lugar de la tragedia, conocido como la Cruz del Montañero, ha dispersado la nieve, lo que complica aún más la búsqueda. Los helicópteros aterrizan a unos 400 metros del sitio de rastreo para evitar el riesgo de un nuevo alud y para no intranquilizar a los perros. Uno de los animales fue quien dio con el paradero de tres de los cuatro cadáveres localizados.

Se teme que los dos cuerpos estén distantes del lugar de aparición de los cadáveres de sus compañeros. A primeras horas de la tarde fue localizado un piolet que, según Nicole lsali, era propiedad de uno de los fallecidos. Los cadáveres rescatados permanecían por la tarde en la localidad al alpujarreña de Capileira. En la noche del martes y en presencia del titular del juzgado de Órgiva, fue practicada la autopsia a los restos de Dury .Raomil y Joseph Moraglia. Ayer se le practicó a los cadáveres de Guy Ceallebaut y Jear Arneodo. Los cuatro murieron por politraumatismo y congelación.

El cónsul francés en Málaga permanece en Capileira desde el martes y ayer llegó el hermano de uno de los fallecidos. Las autoridades consulares tenían previsto enviar ayer tarde los cuatro cadáveres a Sevilla y desde allí, por vía aérea, a sus lugares de residencia, en la Costa Azul.

Los participantes en el rescate eran pesimistas sobre el tiempo que aún tardarán en hallar los dos cuerpos.