_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Quién?

¿Quién ha sido? Me negaré a creer, aunque me apliquen la ley antiterrorista, que la decisión de destituir a Gozalo procede de Luis Solana. Una persona tan amante de la libertad de expresión, tan consciente de que la televisión ha de ser el espejo de la realidad, no puede haber cesado al director de Derecho a discrepar precisamente por ejercer la libertad de expresión y por haber abordado una mercancía que está en todos los escaparates del país. Pocas horas después, la dirección de Televisión Española en Cataluña decide prohibir el ritual segundo pase de un programa emitido con anterioridad y dedicado a uno de los personajes de la llamada beautiful people, es decir, la misma proteína pura del programa de Gozalo. ¿Otra vez Solana?Persona tan bondadosa es propensa a ser instrumentalizada y seguro que ha recibido alguna presión, sin duda telefónica, que le ha llevado a tan estrambótica decisión. No haré el chiste fácil de suponer que a Luis Solana se le cruzaron los cables nada más coger el teléfono; es decir, no se lo tomen como un chiste, sino como la constatación de que este hombre es disciplinado y, a pesar de sus convicciones más demostrables, si quien puede hacerlo le ordena que mate al mensajero, lo mata; con una sonrisa profidén, pero lo mata. Y piense el astuto lector que este admirable Solana se lía la manta a la cabeza pocas semanas después de ocupar el cargo, cuando aún todo eran sonrisas, las suyas y las nuestras. ¿Quién? ¿Quién tiene sobre Solana el poder suficiente como para congelarle el tímpano y merecer un desmayado pero decidido: ¡a tus órdenes!?

Pues, sin duda, el espíritu santo. Todo poder tiene su espíritu santo, y durante el franquismo se valía sobre todo de los confesores privados de algunas damas del régimen para proteger la imagen de la nueva clase. Pero ahora, en plena democracia, se trata de un espíritu santo laico que ha telefoneado a Solana y quizá le ha amenazado con la pérdida del carné de beautiful people, con la consiguiente pérdida también del derecho de antigüedad. La nueva clase. El espíritu santo. La nueva clase se sucede a sí misma.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_