Tristes tópicos
Un nuevo y pavoroso atentado contra la dignidad masculina sacude nuestras conciencias de hombres recatados y honestos.La noche pasada, tres mujeres vestidas con el uniforme de la sociedad de ayuda internacional Hexágono Rosa retuvieron en las dependencias de uno de sus establecimientos a un joven de 20 años y le sometieron a toda clase de abusos y aberraciones sexuales La víctima tuvo que satisfacer toda clase de apetencias brutales de sus agresoras, quienes le intimidaron con su comportamiento agresivo y le obligaron a soportar numerosas vejaciones, para lo cual utilizaron un poderoso medicamento que prolongase su erección.
Pese a todo, la víctima resistió con valor, lo que le hizo salir del suceso con numerosas magulladuras y hematomas. Pasadas varias horas, y mientras sus verdugos descansaban, consiguió huir en lamentable estado, con signos evidentes de choque emocional, que se resolvió en una crisis de llanto por la irreparable pérdida de su virginidad. Le recogió a la orilla de una carretera una camionera, que le trasladó a la comisaría. No acabó allí el calvario del joven, pues varias funcionarias salieron de sus despachos y contemplaron conmiserativa mente al desgraciado muchacho, quien además tuvo que escuchar cómo dos obreras de la construcción allí presentes decían: "Es que van por ahí provocando, y luego pasa lo que pasa...".
La víctima exigió ser reconocido por un agente de su mismo sexo y, dada la escasez de los mismos, tuvo que esperar hora y media. Realizó su declaración con signos evidentes de confusión y vergüenza, pues tuvo que dar toda clase de explicaciones escabrosas sobre la agresión de que había sido objeto. El conocido abogado varonista Cristino de la Alameda se ha pronunciado enérgicamente contra estos hechos, lo que le ha valido, como es público, numerosos despiantes de sus colegas femeninos, que ven en él un peligro potencial para el orden establecido.
Como todos ustedes recordarán, ha habido un caso reciente de un padre de familia violado por cinco salvajes agresoras a punta de navaja que no consiguió demostrar ante los tribunales que su resistencia había sido suficientemente heroica, lo que le ha acarreado, en el plano privado, que su mujer le haya abandonado, dejando a su cargo los tres hijos habidos en su matrimonio.
Hemos sido educados para la sensibilidad y la ternura, somos conscientes de nuestra inferioridad física y nuestra incapacidad intelectual, pero, al fin y al cabo, somos seres humanos. ¿Qué sería de las familias sin un padre? ¿Qué sería de los hogares sin el calor y la devoción masculina? ¿Qué sería de las mujeres sin nuestro apoyo y consuelo? Luchemos por un pleno reconocimiento de nuestros derechos.-
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