Realismo sobre Gibraltar
Sería mucho mejor, por supuesto, si esta cuestión pudiera ser tratada de una manera directa. Gibraltar separado, en la periferia de Europa, tiene poco sentido ahora y resultaría ridículo a partir de 1992. La península Ibérica, junto a la Roca, no es un territorio extraño. Los gibraltareños no están en un pequeño enclave democrático en medio de un desierto fascista sino que disfrutan de un sistema especialmente cómodo tanto en cuanto a comercio como a impuestos se refiere. Tienen derecho a ello, pero no a costa de las continuas subvenciones provenientes de los contribuyentes británicos. Geoffrey Howe está presionando. Quizá no le guste hacerlo, pero en una comunidad democrática la mayoría tiene sus derechos y, desde luego, mira por intereses más generales. Y el obstruccionismo puro por parte de Gibraltar no es desde luego uno de ellos., 1 de febrero