Sampaio: "Vale la pena luchar por el cambio"
El nuevo líder socialista portugués cree que "la solidaridad social en Europa empieza en el interior de cada Estado"
Jorge Manuel Branco Sampaio, abogado, 49 años, casado, con dos hijos, es desde el pasado domingo el nuevo líder de los socialistas portugueses. Dirigente estudiantil durante las luchas universitarias de 1962, fundador del Partido Socialista desde 1978, dirigente de la corriente interna que se opuso a Mario Soares en 1980, Sampaio regresó a la dirección del PS como lugarteniente de Vitor Constancio en 1986.
Un "líder natural", con gran capacidad de organización y de movilización, dicen de él sus antiguos compañeros de luchas estudiantiles, que están sorprendidos por el mucho tiempo que Sampaio tardó para conquistar el lugar al que parecía predestinado dentro de la izquierda portuguesa. Orador brillante, pierde al subir a la tribuna la discreción que muestra en la vida privada, y que muchos confundieron con timidez.Colaborador de Constancio, no dudó mucho tiempo en postularse como su sucesor al frente del PS, una vez convencido de que era irreversible la renuncia del anterior secretario general, por coherencia y para defender un proyecto y una línea política "en la que creo sincera y profundamente".
Sampaio considera injustas las críticas hechas a Constancio, según las cuales, bajo su liderazgo, el PS no fue oposición, no hubo oposición al Gobierno de Cavaco Silva. El nuevo secretario general del PS recuerda que, en el Parlamento, cada iniciativa, cada propuesta, cada error del Gobierno, encontró una respuesta, y que los que hablan de "déficit de la oposición", se olvidan de que las elecciones de 1987 significaron un cambio drástico: el Gobierno es apoyado por una mayoría absoluta y la oposición no puede esperar quebrar fácilmente el bloque socialdemócrata unido alrededor de Cavaco Silva, como lo hacía con los Gobiernos de coalición.
Libertad y socialismo
Para este demócrata, para quien la libertad "es la primera condición del socialismo, el valor más importante de la izquierda", el aspecto más negativo de la situación política actual "en Portugal, pero no sólo en Portugal, es la apatía, el conformismo que se apoderaron de grandes sectores de las sociedades democráticas".Una apatía y un conformismo de que son responsables los partidos de la oposición: en 1987, los portugueses votaron a Cavaco por deseo de estabilidad, y porque habían dejado de creer en los socialistas. "Hoy, muchos de estos electores están decepcionados, descontentos, pero aún no recuperaron la confianza en los partidos de la oposición y, sobre todo, en sí mismos, como ciudadanos, que tienen el derecho, pero también el deber, de intervenir, de participar". Es a estos resignados a los que Sampaio quiere convencer que "vale la pena luchar por el cambio, y que para eso vale la pena votar en el PS".
Para las próximas elecciones al Parlamento Europeo, Sampaio está preocupado con la coherencia de las oposiciones que serán asumidas por los socialistas. "La cohesión económica y social debe dejar de ser, para los socialistas, y sobre todo los que están en el poder en el sur de Europa, un producto exclusivamente de exportación", dice. "La solidaridad social, la Europa de los ciudadanos, empieza en el interior de cada uno de los doce Estados miembros'.
En Portugal, el Gobierno Cavaco fomenta la marginación de sectores sociales: Soares, en su discurso de Año Nuevo, recordó que "muchas cosas no van bien", pero, en democracia, es a los partidos políticos, y no al jefe del Estado, a los que compete "penalizar" al Gobierno por sus errores y sus fracasos.
Sampaio dice que tiene "excelentes relaciones personales con Soares y óptimas relaciones institucionales con el presidente de la República", pero que defiende "intransigentemente" la autonomía de su partido, de "todos los partidos".
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