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Clementina Ródenas: "No tiene por qué haber una visión femenina de la ciudad"

Clementina Ródenas, de 39 años de edad, militante socialista desde 1975, es alcaldesa de Valencia desde el pasado viernes. La hasta hace poco delegada de Hacienda piensa que no tiene por qué haber una visión femenina de la ciudad y dice que su vida no va a variar mucho con su cambio de cargo. Asegura no preocuparse por ser probablemente una alcaldesa interina y se muestra convencida de que la ciudad de Valencia tiene un gran futuro por delante.

Economista especializada en Historia Económica, profesora de la universidad de Valencia, Clementina Ródenas está casada con Segundo Bru, también economista y actualmente diputado en el Parlamento autónomo tras su etapa como conseller de Industria de la Generalitat. El matrimonio tiene dos hijos de 11 y siete años de edad. La nueva alcaldesa sustituye al también socialista Ricard Pérez Casado, que dimitió el pasado 30 de diciembre. Fue elegida como número uno de la lista más votada, con el apoyo indirecto de! CDS, que se abstuvo en la votación.Ródenas explica la dimisión del anterior alcalde como fruto de una decisión personal. "Y no es un tópico", señala, "lo que sucede es que Ricard Pérez Casado ha sido alcalde casi diez años, diez años muy difíciles". Considera que Pérez Casado ha realizado "una labor muy importante" y que tenía una "gran visión de futuro, que en estos momentos debe ser retormada".

Explica su escasa preocupación por la posibilidad de que su cargo sea sólo interino al señalar que es "un poco árabe" en este sentido. "La mitad de la felicidad consiste en no adelantarse a los acontecimientos, una persona trabaja macho mejor cuando no se plantea excesivas cuestiones personales". Y añade que no le supondría ningún trauma volver a sus clases en la Universidad ni hacer cualquier otra cosa dentro de la vida política. "No esperaba llegar a ser alcalde de Valencia en estas circunstancias, me hubiera gustado llegar por las urnas. No es una situación óptima, pero las cosas son como son".

Gobernar en minoría

Clementina Ródenas va a tener que gobernar en minoría, como lo hizo su antecesor desde que los socialistas perdieron la mayoría absoluta en las elcciones municipales de junio de 1987 Eso le preocupa en parte, sobre todo porque considera que en este país todavía aparece como extraño un pacto político entre dos o más partidos que ella está empeñada en conseguir para dar estabilidad al gobierno municipal. "En Italia están al cabo de la calle de situaciones como ésta", dice. "Están acostumbrados; allí es normal que existan pactos, entendimiento y diálogo político".Para Ródenas, la situación es completamente diferente en España, "porque hay una época de franquismo que evita el discurso político. No ha pasado tiempo suficiente para lograr un crisol de entendimiento y a muchos políticos les hace falta asumir esto, o leer más historia". Para la alcaldesa, la gente aún tiene que tomar verdadera conciencia de lo que tiene que ser la convivencia democrática con minorías.

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Considera que Valencia es una ciudad con futuro y que están fuera de lugar los temores de la derecha acerca de que quede descolgada del eje Barcelona-Madrid-Sevilla. "Hay que cortar ese discurso de la derecha de enfrentamiento con otras ciudades, porque es un discurso totalmente reaccionario", dice. Niega que Valencia pueda quedar retrasada con respecto a otras ciudades españolas, al señalar que es la capital de una comunidad "que está creciendo con tasas japonesas". "¿Cómo vamos a perder, si estamos en una situación extraordinaria, si todos los indicadores señalan que vamos por encima de otras comunidades?", pregunta.Dice que Valencia tiene los problemas derivados de la carencia de infraestructuras básicas. "Tenemos un problema de transportes en el área metropolitana, que repercute en el tráfico interno. También tenemos un problema de infraestructuras básicas de saneamiento en todo lo que se refiere a colectores, alcantarillado y depuradoras y también de dotaciones de ocio, cultura y deporte". Se lamenta porque el presupuesto de una ciudad "siempre es escaso" y en este aspecto España está "muy lejos de Europa".

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