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El ex jugador Fusté, candidato a la presidencia del Barcelona

Josep María Fusté Blanch, de 47 años, presidente de la Agrupació d'Antics Jugadors del Barcelona y considerado como uno de los futbolistas más carismáticos de la cantera azulgrana, ha decidido presentarse a las elecciones para la presidencia del club, aunque no anunciará públicamente sus intenciones hasta la próxima semana. Fusté, que cuenta con el apoyo de socios de todas las tendencias políticas, expresó ayer el deseo de que su candidatura "represente el pluralismo que caracteriza al club".

Además de Fusté, los candidatos que desean destronar al actual presidente de la entidad, Josep Lluis Núñez, en las elecciones previstas para la primera semana de mayo son el joven empresario Sixte Cambra, que cuenta con el respaldo de conocidos e influyentes barcelonistas, y el abogado Jacint Soler Padró, el defensor de Bernd Shuster.

Fusté, que en las elecciones de 1978 apoyó la candidatura de Nicolau Casaus, no desea ahora juzgar la política de la actual directiva, con la que ha colaborado desinteresadamente como técnico, y asegura que su candidatura no tiene la intención "de atacar a Núñez, sino el deseo de mejorar en lo posible el funcionamiento interno del club".

Fusté es consejero en materia deportiva de Convergència Democrática de Catalunya (CDC) desde hace 10 años. En varias ocasiones ha manifestado que su pertenencia a CDC se basa "únicamente" en su "profundo sentimiento nacionalista". Sin embargo, niega que su candidatura esconda interés político alguno, lo que justifica con la presencia de "personas vinculadas a todos los partidos catalanes". Según él, su equipo electoral es "pluralista y está abierto a todos los barcelonistas".

Núñez compraría la Liga

Por otra parte, Núñez dijo, anoche en TV-3 que, si la Liga tuviera precio, "lo pagaría". El presidente aseguró no tener el mínimo interés en que su trabajo al frente del Barcelona -"sólo soy un gestor", expuso- le sea reconocido públicamente, por ejemplo en la plaza de Sant Jaume, tras la conquista de un importante título, lo que todavía no se ha producido durante sus diez años de mandato.

Núñez, que ratificó llamarse Josep Lluís "desde siempre", declaró que no le quedaba nada de sus raíces vascas, ya que "a los siete meses" abandonó "aquellas tierras". "Aquí [Cataluña] he crecido y me he hecho hombre. Todo se lo debo a esta tierra", afirmó. El presidente, que mostró a las cámaras, in crucifijo que siempre lleva en uno de los bolsillos de su chaqueta, aseguró: "Los ejercicios espirituales me han otorgado seguridad en mí mismo". En otro momento, comentó: "Rezo todos los días, habitualmente un Padrenuestro".

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