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La URSS censura su abandono del deporte de base

La Unión Soviética fue la gran triunfadora en los pasados Juegos de la Olimpiada de Seúl. La elite soviética se mostró a la máxima altura, lo mismo que había hecho meses antes en los Juegos de Invierno de Calgary e incluso al ser finalista en la Eurocopa de fútbol. Sin embargo, no todo es felicidad en el panorama deportivo de la URSS. Dentro de la perestroika, existe una autocrítica enorme por el abandono del deporte popular. En la máxima potencia del Este resulta sorprendente, pero el propio Marat Gramov, su máximo dirigente, lo ha señalado: "Sólo el 12% o 15% de los niños recibe una educación física adecuada y únicamente hay profesores para un 20%, como máximo, de la población".

La URSS, con 132 medallas, 55 de oro, 31 de plata y 46 de bronce, dominó claramente en los últimos Juegos de Verano a los otros dos gigantes del deporte mundial, la República Democrática Alemana (102, 37, 35 y 30) y Estados Unidos (94, 36, 31 y 27). Su deporte de alta competición confirmó que es el mejor del mundo. En los Juegos de Invierno, en febrero, se vio más apurada, pero también fue la mejor, con 29 medallas (11, 9 y 9), ante la RDA, 25 (9, 10 y 6). Incluso en el tercer acontecimiento más importante, la Eurocopa de fútbol, fue finalista, perdiendo sólo con Holanda. En otros tiempos eran razones sobradas para acallar cualquier mínima carencia.Además, la idea existente sobre el tratamiento de la educación física y el deporte de base en la URSS, por sus propios planteamientos políticos, no parecía ofrecer dudas sobre su calidad. Pero no es así, incluso oficialmente, y la apertura actual permite que hasta los dirigentes se lamenten de las deficiencias existentes.

Profesores voluntarios

"Actualmente nos inquieta que un número considerable de niños y adolescentes no tienen un desarrollo normal. Los cursos que se imparten en los centros de enseñanza sólo cubren en una proporción del 12% al 15% la necesidad flisica de movimiento de los jóvenes", acaba de declarar Marat Gramov, presidente del comité estatal de Educación Física y Deporte de la URSS (Goskomsport). Y ha añadido: "En la URSS se cuenta con un profesional asalariado por cada 760 habitantes. Incluso suponiendo que todos estos especialistas trabajaran con la población, sólo podrían abarcar a un 20% de ésta. Carecemos de profesores de educación física, de monitores, de especialistas de gimnasia en los lugares de trabajo, de personas capaces de organizar deporte en los barrios o fuera de la escuela. Nuestra solución sólo puede ser por medio de los instructores voluntarios".Gramov, aún más sorprendentemente, puso para justificar esta solución ejemplos de países oceidentales. "En la RFA", dijo, "hay un profesor remunerado por cada 2.500 habitantes, pero uno voluntario por cada 35. En Estados Unidos son exclusivamente los instructores y monitores voluntarios los que se ocupan de las actividades prácticas organizadas en los barrios. Ése debe ser nuestro camino".

La propia viceprimera ministra de la URSS, Alexandra Bíriukova, confirmó este cambio de rumbo: "Dentro de la perestroika, aunque los recientes Juegos Olímpicos de Seúl demostraron inuestro alto nivel, debemos hacer aún más para que todos los soviéticos se incorporen a la educación física y al deporte. "La salud no se puede comprar en la farmacia" han sido palabras de Mijail Gorbachov a favor de la educación física", concluyó.

Irritación

Yuri VIasov, campeón olímpico de los grandes pesos de halterofilia en Roma 60, primera gran figura de este deporte, y uno de los grandes críticos del deporte soviético, represaliado por ello y actualmente escritor muy leído, ha sido tajante: "Nuestro deporte de elite logró en los Juegos Olímpicos grandes triunfos, pero se ha despegado hasta tal punto del deporte popular que éste se encuentra en una situación penosa. Es uno de los problemas que preocupan a la sociedad".VIasov, al que ya no le importa lo más mínimo denunciarlo, tras haber perdido las prebendas de sus éxitos, ha sefialado: "El deporte de alta competición es como un parásito que absorbe enormes sumas de dinero en las difíciles condiciones de nuestra vida actual. El deporte escolar, en cambio, está muy abandonado; tenemos un elevado porcentaje de niños enfermos que no pueden practicar el deporte que necesitan; no hay instalaciones para un auténtico deporte popular y esto provoca irritación en nuestra gente y su justa crítica".

Para VIasov, debería separarse el deporte de elite del general, con distintos presupuestos. Y añade: "La solución, quizá, sería crear un ministerio del deporte popular para dedicar todos los esfuerzos a la salud del pueblo".

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