Un veterano intelectual comunista, nuevo secretario general de la CGIL

Bruno Trentin, de 62 años, nacido en Marsella, comunista, casado con una periodista francesa, calificado como personaje "difícil y fascinador al mismo tiempo", es el nuevo secretario general del sindicato CGIL, el primero de Italia, con casi cinco millones de afiliados, y el tercero de la Confederación Europea de Sindicatos (CES).

Trentin, un intelectual cuyos padres habían emigrado durante el fascismo a Francia, se convierte en comandante partisano en el Partido de Acción. Pasa por el partido socialista, como había ocurrido también con LucianoLama, y acaba, como él, en el Partido Comunista de Italia en 1950. Trentin lleva toda la vida trabajando en el sindicato, donde fue considerado siempre un duro. Guió la componente de metalúrgicos de la CGIL en susaños de mayor gloria, de 1962 a 1977. Fue el artífice, con Giorgio Benvenuto -actual secretario de la UIL (Unión Italiana del Trabajo)-, de la FLM, el grupo unitario de los metalúrgicos.Trentin llega a la cumbre del mayor sindicato italiano cuando éste se encuentra en la mayor crisis de su historia. Ha sustituido a Antonio Pizzinato, constreñido a dimitir los días pasados ante la presión de los dirigentes sindicales de su mismo partido. Trentin es lo opuesto a Pizzinato. Aquél, obrero e hijo de obreros; éste, intelectual e hijo de un catedrático de universidad. Trentin ha estudiado en Harvard, sus libros están traducidos en alemán y francés y adora París. Es un gran deportista, elegante pero sin ostentación, reservadísimo con la Prensa, pero que precisamente por ello ha despertado siempre un mayor interés.

Elección plebiscitaria

Llega Trentin a la cabeza del sindicato con mayoría comunista cuando en su partido acaba de entronizarse Achille Occhetto, ambos hijos espirituales del padre de la izquierda histórica del partido, Pietro Ingrao. Se asegura que ha sido Occhetto quien ha querido que Trentin sucediese a Pizzinato, pero en realidad su elección ha sido casi plebiscitaria tras la consulta a los 205 dirigentes por parte de una comisión de cuatro sabios que les consultaron uno por uno.Trentin llega a la CGIL en el momento de mayor tensión dentro de dicho sindicato entre la componente comunista, mayoritaria, y la socialista, de minoría, pero en el momento en que precisamente la componente socialista está empujando fuerte, apoyada por el dinamismo del secretario socialista, Bettino Craxi. De ahí el que los socialistas piensen que la llegada de Trentin no será fácil para sus afiliados de la CGIL, quienes habían llegado incluso a la hipótesis, por vez primera, de una secretaría socialista.

En el pasado, la derecha comunista, inclinada al diálogo con el partido socialista, había obstaculizado siempre la subida de Trentin, quien, según algunos, debería haberse hecho cargo de la secretaría de la CGIL, por su gran preparación, hace ya más de 10 años.

Curiosamente, llega en este momento en que Occhetto ha decidido jugar sus cartas en una alternativa reformista al poder democristiano junto con los socialistas, si éstos aceptan el desafío. Trentin no es el hombre fácil para los socialistas, pero todos respetan su gran personalidad, experiencia y preparación intelectual. De ahí el que, aun siendo un interlocutor dificil, precisamente por ello podría ser la mejor garantía para un diálogo y una colaboración seria y dialéctica con los compañeros socialistas en un sindicato al que no hace poco el mismo Craxi había definido: "La casa común de la izquierda". De cualquier modo, la crisis de la CGIL es tan fuerte que todos están convencidos de que el nombramiento de Trentin no podrá ser una solución mágica para dicha crisis.