Aranjuez, una población con pies de barro
La antigüedad de la red de agua y el tipo de suelo provocan avenas y socavones
El problema está más claro que el agua. La red de distribución de aguas de Aranjuez es vieja, debió cambiarse hace unos 25 años. Ello hace aumentar el número de fugas y provoca un "exceso de agua" en el subsuelo. Agua que en su salida produce roturas en las tuberías, socavones y hundimientos del terreno, pues la población está asentada sobre una plataforma fluvial del terciarlo, cuyo suelo, en determinadas zonas, es muy poco consistente. El suministro de agua por parte del Canal de Isabel II no fue precedido por el cambio de la red. Renovarla costaría unos 1.000 millones de pesetas, no hacerlo cuesta unos 60 millones anuales averías.
El agua buena, como se conoce al agua del Canal de Isabel II, llegó a Aranjuez de forma oficial el 25 de abril de 1987, con la Fiesta del Agua, presidida por el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, y organizada por los socialistas que forman el gobierno municipal. Sin embargo, este agua, por ser buena, causa una media diaria de 5,2 averías en la red según la oposición y 2,8 según Lorenzo Sánchez, concejal de Urbanismo.La razón es que el agua mala, la del Tajo, arrastraba suciedad y cal, que era depositada en las conducciones. Quedaban tapadas así las corrosiones de las tuberías de hierro, ahora al descubierto por el cambio del líquido.
Ello provoca la fuga del agua hasta tal punto que las pérdidas se calculan en un 40% de los 2.200.000 litros que el Canal de Isabel II conduce hasta Aranjuez semestralmente. La situación se agrava cuando esas fugas se producen en terrenos con filtraciones subterráneas de las aguas de lluvia que bajan de los montes cercanos y que cruzan la población a la búsqueda del río Tajo.
Cambiar la red
En la actualidad se encuentra en estudio la mejora y sustitución de la red de distribución. El Canal de Isabel II, según parece, no quiere hacerse cargo de la red hasta que no sea adaptada a las normas que fija este organismo. "Cambiar toda la red supondría invertir unos 1.000 millones de pesetas", dice Gregorio Vega, concejal de Izquierda Unida. Vega opina que esta cantidad debería ser entregada al Ayuntamiento por la vía de las compensaciones del trasvase Tajo-Segura."Este Ayuntamiento no puede permitirse pagar más de 60 millones de pesetas al año en hacer chapuzas, cuando lo que interesa es cambiar la red", opina por su parte Francisco Díaz-Regañones, de Alianza Popular.
En general, toda la oposición critica la precipitación electoral del grupo socialista por traer el agua del canal de Isabel II sin cambiar antes la red. Los concejales lamentan que las consecuencias de esta precipitación tangan que pagarlas muchos vecinos de este pueblo, que no sólo ven agrietarse sus casas, sino que además no disfrutan del agua buena porque en algunos puntos llega sin presión.
Un ejemplo de los inconvenientes causados por las características del suelo y la antigüedad de la red puede ser el sufrido por los vecinos de la calle del Capitán, esquina a la calle de la Calandria, que vieron cómo se abrían grietas en sus casas tras producirse averías en la red que pasa por la zona.
Los afectados enviaron cartas al Ayuntamiento y éste realizó, a través de una empresa especializada, un sondeo de la zona. Los resultados no han sido dados a conocer. Se han arreglado las tuberías y parcheado la calle, pero el vecindario continúa viendo con preocupación cómo sus casas ceden, mientras se encarga un segundo estudio.
"De momento, el informe técnico no aclara cuál es la causa que provoca las grietas y la cesión del suelo en ese lugar", aseguró Lorenzo Sánchez, responsable de Urbanismo. El concejal añade que del informe no se deduce que una fuga en la red haya afectado al edificio. Se ha solicitado una segunda prueba, en concreto un ensayo edométrico en el estrato de limos.
Otros puntos conflictivos en estos momentos son la calle de Abastos, donde hace casi un mes se produjo un socavón aun abierto, y la calle de San Antonio esquina con la de Montesinos. También aquí, tras la rotura de una tubería, aparecieron grietas en las viviendas.
"Son edificios casi en ruina legal que están abandonados. Además tienen una gran antigüedad e importantes problemas de cimentación, al estar construidos con materiales deficientes, como era normal hace 200 años", dice el concejal de Urbanismo.
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