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El COOB critica aspectos de la organización de los Juegos de Seúl ante la comisión de enlace del COI

El informe entregado por el Comité Organizador Olímpico Barcelona 92 (COOB) a la comisión de enlace del Comité Olímpico Internacional (COI), que estos días visita Barcelona, cuestiona diversos aspectos de la organización de los Juegos Olímpicos de Seúl, como la atención a los deportistas, los centros de prensa, el sistema de información y la organización de las competiciones, entre otros. El informe, al que ha tenido acceso EL PAÍS, es el resultado de los trabajos de observación del amplio equipo de técnicos barceloneses presentes en Seúl durante los Juegos Olímpicos.

El documento, de 70 páginas (60 dedicadas a los Juegos de Seúl y otras 10 al estado de la organización de los de Barcelona), va encabezado por un escrito del consejero delegado del COOB, Josep Miquel Abad, en el que anuncia a los miembros de la comisión de enlace del COI, presidida por el sueco Gunnar Ericsson, que "el tono [del informe sobre Seúl es critico". Abad advierte contra "cualquier interpretación peyorativa" del contenido del documento y apunta que el tono crítico "es inevitable, porque nosotros estamos interesados en identificar los puntos débiles para corregirlos". "La nuestra", añade el consejero delegado del COOB, "es una intención honesta ( ... ) En cualquier caso, esto no pretende restar valor al excelente resultado final de la organización de Seúl". Abad concluye su escrito de presentación del informe alabando las facilidades prestadas al COOB por parte del comité organizador de los JJ OO de Seúl (SLOOC), "sin cuya inestimable cooperación este documento nunca podría haber sido escrito".El informe, del que en ningún momento se desprenden actitudes de prepotencia o de superioridad por parte de los observadores barceloneses respecto a los organizadores de Seúl, repasa una a una las diferentes áreas de actuación del SLOOC describiendo sus respectivas actuaciones y señalando los aciertos y las deficiencias de la organización olímpica surcoreana.

El eje de los JJ OO

Respecto a las competiciones olímpicas, el documento indica que fuera de los lugares de competición la organización tuvo un bajo nivel, "posiblemente a causa de que no fue tomado en cuenta un factor fundamental: el hecho de que el atleta es el eje alrededor del cual giran los Juegos". En las instalaciones de competición, los técnicos de Barcelona encontraron deficiencias en la señalización de los circuitos, en la calidad de los vestuarios y las duchas y en la dotación de áreas específicas para la relajación de los deportistas.

La seguridad en los estadios, "aunque espectacular, ofrecía lagunas, especialmente en las salas de control de doping", señala el informe, que también apunta la existencia de "un cierto exceso de personal, particularmente entre los voluntarios", lo que provocó en más de una ocasión una "sensación más de asfixia que de servicio". Asimismo, los servicios médicos dispuestos en las instalaciones de competición "no eran capaces para atender casos serios y urgentes".

El sistema de información de resultados de competición, basado en un programa informático denorninado GIONS, es, según el informe del COOB, "anticuado y en algunos aspectos está atrasado respecto al empleado en Montreal, en 1976". Este sistema presentaba problemas como la falta de conexión para televisión y de información estadística sobre las competiciones para los comentarístas. En este campo, la "carencia de flexibilidad organizativa produjo sobrecargas y, almismo tiempo, que gran número de personal permaneciera inactivo".

Respecto a la seguridad se indica que la fuerza y las ventajas de un sistema de seguridad unitario, integral y jerarquizado eran "una cara de la moneda". La otra estaba caracterizada por la rigidez y la burocratización del sistema. "Esto provocó que cada vez que un incidente imprevisto ponía a prueba al sistema, éste quedaba bloqueado y el tiempo de respuesta parecía excesivo".Prensa

El documento estima que los periodistas y fotógrafos recibieron "tratamiento razonable, pero nada más". En este aspecto, lo mejor fue la Villa de Prensa y lo peor, los transportes, que son catalogados de "caóticos" y escasos de líneas y de personal. También se critica la ubicación dada a los informadores en los estadios. "La rnayoría de estos errores", señala el informe, "podrían ser imputados a los organizadores, que no conocían el mundo del periodismo y nunca habían tenido contacto con periodistas ni fotógrafos". El alojamiento de los periodistas es calificado, no obstante, de excelente: "Buenos precios, buenas habitaciones, buen desayuno".

Respecto a las distintas ceremonias olímpicas celebradas en Seúl, se destaca el "comportamiento desorganizado de los atletas", así como que las paradas de las distintas delegacíones eran demasiado nutridas. En las ceremonias de entrega de medallas, los observadores del COOB consideran que "la música no era apropiada; el protocolo, desafortunado; la visibilidad, pobre, y el diseño de las medallas no había sido suficienternente trabajado".

En la Villa Olímpica, eran notorias la "baja calidad del servicio de restauración precocinada y las largas colas en el restaurante".

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