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El nuevo 'státus' con la asociación de libre comercio y el desmantelamiento arancelario de la CE

"Si los países de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) aceptasen acelerar el desmantelamiento de los aranceles residuales de cara a España, la Comunidad tendría que plantearse hacer lo mismo", acortando los plazos previstos en el período de adhesión, afirma el informe elaborado por la Comisión Europea, y sus expertos han empezado ya a preparar propuestas paralelas para someterlas a los socios comunitarios de Madrid.Hay tres razones de peso para que la AELC no trate mejor a España que los otros integrantes de la CE. La primera, recogida en el informe, es la regla no escrita, pero siempre aplicada, de la preferencia comunitaria, que estipula que un país tercero, como lo son los de la asociación, no puede ser más generoso con uno de los doce que los demás Estados miembros de la Comunidad. En virtud de este principio, el conjunto de la CE debería equiparar su actitud a la de la AELC.

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En segundo lugar, existe un pequeño riesgo de desviación de tráfico. Productos españoles podrían, por ejemplo, ser transportados a Noruega, dónde entrarían sin abonar arancel, para ser reexpedidos desde allí a Dinamarca, y así evitarían pagar los reducidos derechos de aduana que conllevan aún algunas exportaciones directas.

"Los déficit comerciales de España con la AELC", señala el informe al exponer la tercera razón, "no constituyen un fenómeno aislado" porque "los déficit registrados por España de cara al resto del mundo, y especialmente de la Comunidad, también aumentan", motivo por el cual los doce deberían ser magnánimos.

En círculos diplomáticos españoles de Bruselas se cree que el resto de la CE acabará siguiendo el ejemplo que, se da por seguro, dará la AELC, y se considera como un síntoma alentador que el Consejo de ministros comunitario haya cancelado los aranceles para los preparados y conservas de sardina aplicados a las importaciones de España y Portugal.

Resurge así con fuerza la vieja aspiración española de conseguir durante la presidencia la supresión de, entre otras cosas, el llamado mecanismo complementario de intercambios, que continúa obstaculizando las exportaciones de frutas y hortalizas como lo hizo en su día con las de vino y patatas.

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