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La AELC estudia la eliminación de aranceles sobre la importación de productos industriales españoles

España puede recibir, cuando a principios de año acceda a la presidencia de los doce, un doble regalo por parte de los países europeos no pertenecientes a la Comunidad Europea (CE), y a continuación por parte de sus socios comunitarios: la eliminación de los aranceles para todas sus exportaciones industriales y sustanciales mejoras para algunos productos agrícolas. La CE ha elaborado una propuesta en este sentido, que aprobará probablemente en su reunión del próximo miércoles y que someterá este mismo mes a los ministros de Asuntos Exteriores de los doce.

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En principio, los responsables de Asuntos exteriores de la CE deberían también dar su visto bueno a la propuesta elaborada por la Comisión.El comisario Willy de Clercq, encargado de las relaciones exteriores, formulará entonces estas revindicaciones en Ginebra el 28 y 29 de noviembre en la reunión que celebrará con los ministros de los países que integran la Asociación Europea de Libre Cambio (AELC, que agrupa a Suecia, Suiza, Finlandia, Noruega y Austria).

Una mayoría de Estados de la CE es partidaria de estrechar lazos con la AELC para que sus miembros no queden del todo marginados del mercado único en construcción. Sin oponerse a ello, España siempre ha sostenido que este acercamiento tenía un precio para sus integrantes, que debían mostrarse más solidarios con las regiones menos desarrolladas de la propia Comunidad Europea. "Creo", afirmaba en este sentido el secretario de Estado Pedro Solbes hace unos días, "que a cambio debemos recibir compensaciones por la vía bilateral con cada uno de esos cinco países".

Haciéndose eco de la tesis española, el Consejo de Ministros de los doce encomendó en enero al órgano ejecutivo comunitario que estudiase la profundización de lazos con la Asociación Europea de libre Comercio "teniendo en cuenta el principio de la cohesión económica y social", es decir, de la solidaridad con los miembros mediterráneos de la Comunidad.

Diez meses después la Comisión Europea ha elaborado un informe confidencial, al que ha tenido acceso EL PAÍS, en el que preconiza primero "la eliminación de los aranceles residuales a los que las exportaciones de productos industriales de España hacia los países de la AELC están aún sometidas".

Entre los doce, España es el único país cuyas exportaciones hacia la AELC están penalizadas con aranceles hasta 1993 en principio, aunque está previsto que el 1 de enero próximo sean rebajados hasta casi la mitad (47,5%) de su nivel inicial.

Optimismo

Sin embargo, Bruselas pretende que para esa fecha sean totalmente suprimidos por el club de los cinco. A juzgar por el optimismo que reina en la Dirección General de Relaciones Exteriores, su deseo tiene visos de convertirse en realidad.

Además de la necesaria solidaridad con la Europa meridional, el informe de la Comisión alega otros argumentos para convencer a la AELC. Evoca, por ejemplo, la brusca acentuación del déficit comercial español con sus miembros desde que el 1 de enero pasado entró en vigor un protocolo adicional al acuerdo de libre cambio, y menciona también la decisión del Gobierno español de adelantar tres meses el desmantelamiento arancelario con la CE y la Asociación, previsto para enero. "No está excluido", añade, "que se produzcan otras aceleraciones" por parte española.

Las exportaciones españolas a la AELC, absorbidas en un 40% por Suiza, ascendieron el año pasado a 179.000 millones de pesetas, mientras el volumen de importaciones rondó los 290.000 millones de pesetas, siendo Suecia el principal proveedor de España: el país escandinavo colocó en su mercado productos por valor de 98.000 millones de pesetas.

En materia agrícola las autoridades españolas habían pedido a la Comisión Europea que solicitase a los cinco la exención del arancel para una cincuentena de productos, pero la lista fue considerada excesiva porque podía acarrear demasiadas peticiones de reciprocidad al conjunto de la CE, y finalmente ha sido limitada a 19 productos, exportados principalmente por España. La lista consensuada abarca desde el jerez hasta el aceite de oliva y las mandarinas. De acuerdo con las estimaciones estadísticas, las aduanas de la AELC dejarían de recaudar 1.774 millones de pesetas al año por este concepto.

El resto del elenco agrícola sometido por Madrid podrá, sin embargo, ser tomado en consideración en ulteriores conversaciones con los países librecambistas, como también lo serán las demás reivindicaciones mediterráneas. Éstas incluyen desde aspectos anecdóticos, como un mejor acceso a los mercados austriaco y finlandés para las exportaciones, casi simbólicas, de conservas españolas de molusco y cangrejo, hasta otros fundamentales como un trato para sus emigrantes equiparable al que reciben los demás ciudadanos comunitarios residentes en esos países.

La Comisión no cree tampoco conveniente formular por ahora ninguna exigencia en materia de pesca, pero sí pretende dejar bien sentado ante la AELC que "no está dispuesta a ofrecerle ventajas suplementarias para sus exportaciones de productos pesqueros hacia el mercado de la Comunidad mientras no se plantee otorgar a la Comunidad un mayor acceso a sus aguas".

En cuanto a la eventual contribución de estos países no comunitarios a los fondos estructurales de la CE, que pretenden reducir las diferencias de desarrollo entre regiones ricas y pobres de los doce, la Comisión la desaconseja porque acarrearía "interferencias inaceptables tanto en el terreno institucional como en lo referente a la ortodoxia presupuestaria".

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