Vittorio Orefice

Medio siglo lleva Vittorio Orefice siendo testigo de la política italiana desde su puesto "irrenunciable" de informador y comentarista parlamentario, primero en varios periódicos italianos y posteriormente en la Radio Audizioni Italia (RAI). A sus 64 años, este livornés, que no milita en ningún partido aunque no oculta sus preferencias por la Democracia Cristiana, ha escrito su primer libro de ensayo (La velina) sobre la evolución de la república. Ha venido a Madrid a presentarlo "y a visitar a algunos amigos".

Para quien se ha encargado de desvelar pacientemente durante medio siglo -"y espero que durante muchos más años"- las claves del "edificio del poder" (el Palazzo, o Parlamento italiano), "la nueva fuente del poder no es precisamente el dinero en manos de unos pocos, sino la información - en manos de muchos"."La información es el nuevo chorro del que emana el poder" señala Orefice, "y la noticia es un objeto de consumo. El periodista produce noticias, al igual que Agnelli produce automóviles y Gardini produce fertilizantes". Pero ¿el poder del peniodista es mayor que el que tienen los otros poderes políticos o económicos? "Yo no sé si habría que colocarlo por delante o por detrás de los otros poderes pero puedo decir que en Italia, por ejemplo, el director de La Repubblica cuenta más que un ministro o que un secretario de un partido".

Orefice se siente parte del "edificio del poder político" en el que lleva trabajando tantos años, pero no ha tenido ni si quiera tentaciones de pasarse como algunos periodistas lo han hecho, a la política. "Cada uno tiene que desarrollar su propio papel. Si un periodista quiere transformarse en político, lo que hace es falsear la realidad, y cuando un político se convierte en periodista, lo que hace es transformarse en un dictador".

El autor de La velina, casado y con dos hijas -una de ellas periodista en Il Messaggero-, tampoco ha aspirado, se gún propios comentarios, a ostentar las cumbres del poder periodístico. "Nunca he pretendido ser director de una publicación o de cualquier otro medio. Para mí, lo importante es mantener la capacidad de producir noticias en el mercado de información".

Metidos en el concepto de mercado de información, repetidamente citado por Orefice, no resulta muy corriente ver en el escenario del periodismo, especialmente en el sur de Europa, a informadores de la edad de este "impenitente cronista político". "No creo en la jerarquía que proviene de la edad. Lo que cuenta es la profesionalidad y la capacidad. No hay secretos para hacer un buen periodismo: es indispensable tener un buen conocimiento de los hechos y una gran capacidad de análisis. No creo en el periodismo de las exclusivas. No creo en el periodismo concebido como un puñetazo en el estómago".

Vittorio Orefice afirma entre risas de autocomplacencia que le ayuda a mantenerse en este camino solitario, por la parte risica, el juego del tenis -"más bien me tomo el tenis como profesión y el periodismo como juego"-, y por la parte psíquica, la consideración del periodismo como un arte. "El hecho, la noticia, es igual para todos, pero un buen periodista la comunica a la opinión pública mucho mejor que un mal periodista".