¿Qué pasa con la información?

Hace unos días, mi hija de ocho años vino a casa dándome la noticia de que su profesor les había informado de la existencia de unas pegatinas que contenían droga y que, según parece, se repartían a los escolares por desconocidos en las puertas de los colegios o simplemente por las calles.Pensé que si era cierta la noticia se difundiría por algún medio de comunicación, Prensa, radio, TVE, etcétera.

En su periódico, edición del sábado 29 de octubre, aparece una pequeña nota en la que se dice:

"La Administración ha negado toda credibilidad a las octavillas repartidas en colegios sobre supuestos tatuajes impregnados de LSD (ácido lisérgico), cuya presencia no se ha detectado en España ni en otros países".

Así de escueto y sin ninguna otra explicación.

Todos sabemos de la ambigüedad de un niño al transmitir una noticia, de cuyo peligro, además, no puede ser consciente debido a su edad. Tanto si es cierto lo primero como lo segundo, creo que en este caso se ha hecho más que nunca patente la falta de información para unos padres de unos niños que, al fin y al cabo, son nuestro futuro, el de nuestro país y el de la humanidad entera.

Sin embargo, durante este mismo período de tiempo hemos podido ver en TVE cómo se dedicaban ciertos minutos de todos sus telediarios a la información (muy interesante por cierto) del salvamento de dos ballenas grises atrapadas por el hielo cerca de Barrow (Alaska), información precisa y con buenas imágenes, información incluso más amplia que los progresos que se hacían a, muchos kilómetros de distancia para salvar a 500 personas de un naufragio producido por un tifón. ¿Qué nos está pasando? Quizá sea que yo no entiendo lo suficiente sobre la prioridad de unas u otras noticias, o quizá el problema sea que la raza humana no está en extinción como otras. No se preocupen, a este paso conseguiremos que lo esté