Paralizadas las obras de Peña Grande donde iban a ser alojadas 20 familias gitanas

El pleno de la Junta Municipal de Fuencarral decidió anoche paralizar las obras de acondicionamiento de un solar dé Peña Grande donde provisionalmente se iba a realojar a 20 familias gitanas cuyas chabolas entorpecen la construcción de un colector. La Asociación Civil de Damnificados por los Asentamientos de Peña Grande, de la que forman parte 530 familias, se constituyó el pasado 2 de noviembre con el fin de oponerse a esta decisión municipal.El pleno aprobó, con los votos a favor del PSOE, AP y CDS y la oposición de Izquierda Unida, una moción porla que el Ayuntamiento se comprornete a suspender todos los trabajos encaminados a la adecuación del solar hasta que se realice un estudio sociológico del entorno y se busquen emplazamientos alternativos dentro del distrito.

Asimismo, se acordó solicitar un informe al secretario general del Ayuntamiento sobre la legalidad de destinar provisionalmente a la acogida de estas familias un terreno reservado para un centro de educación.

El PSOE aceptó así la propuesta de AP, aunque eliminando las acusaciones de presunta ilegalidad e infracción urbanística que contenía la moción original.

Jorge Tinas, presidente de la Junta Municipal de Fuencarral, lamentó al final del pleno la actitud de los vecinos al no aceptar la vía del diálogo. Según Tinas, alguien contrató maquinaria para destruir las obras que se habían hecho. Tinas señaló que el realojo provisional de las familias gitanas tiene un presupuesto de 20 millones de pesetas. "Si es verdad que es para seis meses, con ese dinero podían instalarles en un hotel", señaló Francisco García, portavoz de la asociación de damnificados.

El presidente de la Junta anunció que está previsto que el próximo verano pasen a unas viviendas definitivas situadas en la carretera de Fuencarral a Alcobendas.

El portavoz de la asociación de damnificados reiteró que su oposición al asentamiento no tiene significado racista y que hay que buscar otro solar, más, espacioso, donde las familias gitanas puedan instalarse definitivamente y en el que puedan ejercer sus actividades tradicionales, basadas en la chatarra y en la venta ambulante.