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Dukakis, 'born in the USA'

El candidato demócrata no consigue ni con el 'rock' hacerse con la clase media

Francisco G. Basterra

Michael Dukakis está reuniendo más gente en los mítines, suscita más entusiasmo que Bush y utiliza, como Reagan en 1984, el tema del rockero Bruce Springsteen Born in the USA, como himno en su campaña a la desesperada por conseguir los votos de la clase media. Pero nuevos sondeos sepultaron ayer las tenues esperanzas demócratas de que estaban remontando. George Bush confirma y aumenta su ventaja. situada va entre 10 y 13 puntos."Cinco días en política son una eternidad", repite Dukakis, que asegura que aún hay entre un 20%. y un 30%. de indecisos. Pero la realidad es que los norteameri-, canos, hastiados de la campaña y. descontentos con ambos candidatos, ya se han hecho a la idea de una presidencia Bush. The Washington Post, que tradicionalmente apoya al candidato demócrata, este año no respalda a nadie, y califiba la campaña de "terrible y una desilusión nacional". "Nos habría gustado apoyar a Dukakis", prosigue, "pero tiene alannantes deficiencias en política exterior y en defensa". La CBS informó ayer que los estrategas de -Dukakis ya le han informado de que la batalla está perdida, y él ha dicho, como si tuviera un presentimiento: "Esto ha sido una aven-. tura para Kitty y para mi".

La esposa de Dukakis, sin cuya presencia diana a su lado en la campaña el gobernador se encoge, abandonó ayer un hospital de Minneapolis donde ha sido tratada de una infección respiratoria de tipo viral. El Duke, tras 15 agotadoras horas de campaña, cambió sus planes y acudió a la clínica. El renacimiento de Dukakis en -su último cortafuegos de la América industrial del Norte y el Medio Oeste no se ha producido, o, si está teniendo lugar, es ya demasiado tarde.

A pesar dé que los republicanos sienten la victoria e incluso algunos hablan de landslide (triunfo aplastante), Bush está advirtiendo contra cualquier tipo de complacencia y.su campaña está utilizando a fondo su gran arma, Ronald Reagan. El presidente, con 77 años, descansaba ayer en la Casa Blanca tras una semana de campaña que le ha llevado a seis Estados y nueve ciudádes para vender la continuidad del reaganismo con George Bush. Hoy volverá,a la pelea en Chicago, y concluirá el sábado en Dallas " para apuntalar la prevista victoria en Texas. Y, si Bush lo pide, el presidente hará campaña el lunes, la víspera de la elección.

A diferencia de lo que hizo Eisenhower en 1960, cuando dejó solo a su vicepresidente Nixon, Reagan ha cooperado a fondo con su fiel Bush. La enorme popularidad del presidente ha sido utilizada fundamentalmente en varias apariciones en su Estado, California, en el que Reagan es un héroe y que, con 47 votos electorales, es crucial para consolidar el triunfo republicano.

Reagan machaca el tema, que ha sido tan eficaz, del liberalismo de Dukakis, ridiculizando la comparación del candidato demócrata con Truman y Roosevelt. "Si él es Truman, yo soy el conejo Roger", un personaje de moda en la última película de Walt Disney, exclamó el presidente el miércoles en Ohio. También ironizó sobre el último mensaje populista de Dukakis ("Yo estoy a vuestro lado y Bush sólo favorece a los ricos"). "La verdad es que los liberales sólo se colocan a vuestro lado a la hora de echar la mano a vuestras carteras".

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Tono conciliador

Bush está tratando de cerrar la campaña en un tono conciliador, evitando los ataques más bajos contra su rival, e insistiendo en que el voto del día 8 es un referéndum sobre la prosperidad económica y la paz internacional logradas bajo el reaganismo. Asegura que su triunfo significará un "rechazo de las fracasadas políticas liberales del pasado y una confirmación de que los norteamericanos creen en los valores tradicionales". Pero el vicepresidente afirma también que no lamenta nada el tipo de campaña que ha realizado, considerada como'una de las más sucias de los últimos 40 años.Dukakis golpea en todas las direcciones en un intento de captar al electorado clave: los independientes y los demócratas conservadores, obreros industriales de origen étnico, secuestrados por Reagan en 1980 y 1984. En las últimas horas ha apelado a las mujeres, tratando de recuperar la gran ventaja que, hace sólo dos meses, tenía sobre Bush entre ellas. Les ha recordado -son 10 millones más de votantes que los hombres- que "Bush ha estado siempre en el lado equivocado en todos los temas que les afectan". Sobre todo en el aborto.

El gobernador de Massachusetts acusa a Bush de "mentiroso" por su campaña de anuncios televisados que han destrozado al candidato demócrata. Insiste en que es el hombre de la clase media, y arremete contra Wall Street y la oleada de fusiones y adquisiciones de empresas en operaciones de miles de millones de dólares. Es lo que siempre hacen los demócratas cuando se sienten perdidos, aseguran los hombres de Bush.

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