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REVILLA, LIBERADO

"Hemos llorado de emoción", dicen los familiares de otros secuestrados

Familiares de algunas de las anteriores víctimas de ETA en secuestros más o menos prolongados no disimulaban ayer su satisfacción por el final feliz de la re-tención de Emiliano Revilla.

Antonio Limusín, hermano de Francisco Limusín secuestrado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas (CAA) en julio de 1982, reconoce haberse "emocionado hasta llorar", cuando se le pregunta por la impresión que ha causado en su familia la noticia de la liberación de Revilla. Francisco Limusin no está en su casa de San Sebastián, pero su hermano resume con el plural la reacción de ambos. "Hemos sentido una alegría enorme. Yo me acordaba mucho de mi hermano, y de lo que pasamos aquellos 35 días terribles. Por eso nos hemos puesto tan contentos".

Antonio Limusín no se pronuncia sobre el trato recibido por su hermano durante la reclusión obligada a que le sometieron los miembros de los CAA. "Mi hermano se encuentra bien ahora", dice Antonio, "no ha tenido secuelas". En parecidos términos se expresaba ayer Gemma, esposa de José Cruz Larrañaga, un industrial secuestrado en noviembre de 1983 por un comando de ETA p-m VIII Asamblea que permaneció 11 días recluido.

Recuerdo a las viudas

"Nos enteramos a primera hora de la liberación de Emiliano Revilla, por la radio y nos dió una alegría enorme. Imagino que para él ha debido ser terrible, bueno, eso ya se verá. El tiempo lo dirá porque, de momento, esa familia está viviendo la felicidad de esta liberación". La esposa de Cruz Larrañaga asegura que no dice eso porque su marido haya tenido secuelas. "Hombre, digamos que un suceso así te quita un poco la paz de espíritu, desde luego. Además ha estado mucho tiempo secuestrado. Yo he pensado muchas veces en la familia, como pienso en la viuda de ese pobre policía que acaban de asesinar y pensando en esas pobres viudas yo me siento muy afortunada, porque yo tengo a mi marido".José Antonio Lipperheide, hijo del industrial del mismo nombre secuestrado por ETA Militar en enero de 1982 y que permaneció en su encierro durante 30 días, reconoció también ayer haber llorado de felicidad por la liberación de Emiliano Revilla. Lipperheide se enteró de la noticia de madrugada y "a partir de ese momento no he podido dormir" dice, a causa de la excitación que sentía pensando en la familia del secuestrado. No ha enviado ningún telegrama a los Revilla, pero asegura que les escribirá para expresarlei su satisfacción. Su padre, José Lipperheide falleció a causa de un cáncer en 1986.

También Mari Carmen Suñer, hija de Luis Suñer, secuestrado por ETA p-m en enero de 1981 durante 90 días, manifestó ayer su "alegría" por el feliz desenlace de este largo secuestro en unas declaraciones realizadas a la agencia Efe.

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