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El juicio interminable

La desesperación cunde entre los damnificados de la presa de Tous, seis años después de la riada

Eso le pasó al tío Pepe, el director de la banda de música, la noche de la riada. Subió a la sierra con su mujer, huyendo del pueblo de Sumacàrcer, que se inundaba. Las aguas les impidieron bajar en toda la noche. Solos, si n luz, en medio de la montaña, se refugiaban de la lluvia como podían. El tío Pepe no lo pudo resistir: murió. Su fallecimiento no se contabiliza entre los nueve muertos que, según el fiscal, produjo la rotura de la presa de Tous. Porque el tío Pepe no falleció ahogado, sino del disgusto. Así lo cuenta Antonio Cardona, otro vecino de Sumacàrcer.

Aquella noche, el 20 de octubre de 1982, comenzó también la tragedia para Ramón García, otro vecino de Sumacárcer, en la comarca valenciana de La Ribera Alta. El río Júcar le inundó el bar. El agua llegó al segundo piso en algunas viviendas del pueblo, ubicado dos kilómetros aguas abajo de la presa de Tous. El banco recuerda de cuando en cuando a García que no ha pagado el crédito que le concedió tras la riada. Piensa que sólo devolverá el crédito si le dan los 13 millones de pesetas que una asociación de damnificados pide para él en el que todos consideran el juicio interminable: el caso Tous.Cardona y García cobraron 250.000 pesetas cada uno como ayuda. No han vuelto a ver una peseta. Ellos, junto a los 22.000 perjudicados por la riada, confían en una sentencia condenatoria en el juicio. A Cardona, de 63 años, le pasa lo mismo que a García, de 53 años: hoy nadie los contrata para la recogida de naranjas. Están enfermos y desilusionados, pero creen que aún podrían "sacarse un jornal en la naranja". Los capataces, sin embargo, prefieren a los jóvenes.Otros, como Antonio Revert, de Alzira, sufrieron por dos veces los efectos de una inundación. Revert perdió 10 millones en su relojería durante la riada de 1982. Cuando comenzaba a levantar cabeza, en noviembre de 1987, el río volvió a arrasar su local. Entre los muebles y enseres destrozados por las aguas, Revert sacó a la calle el pasado año una pancarta: La presa estaba hecha de chocolate.

Los muertos de la riada

El tío Pepe no fue el único muerto aquella noche en Sumacárcer aunque ninguno de ellos perdió la vida ahogado. Un hombre falleció de un infarto y una mujer ya muy enferma, también murió. La esposa de Cardona falleció el pasado verano, y él cree que "el disgusto" por el desastre de la inundación aceleró su final. Nueve personas sí perdieron la vida bajo las aguas, en opinión del fiscal Gonzalo López Ebri. Los 22.000 perjudicados materialmente perdieron más de 40.000 millones de pesetas."Cuando se le hinchan las narices no hay quien lo pare, ni una presa". Ramón García habla del río Júcar, que los árabes llamaron el devastador. Nadie en la Ribera duda de que la presa causó la desgracia. Cinco ingenieros se sentarán algún día en el banquillo de los acusados.

Alzira está a 17 kilómetros tierra adentro, pero fue una isla hasta hace poco. Una bifurcación del río Júcar conseguía esta insularidad de la capital de La Ribera Alta. Pero al Júcar le cortaron uno de sus brazos para edificar. La venganza del río no se hizo esperar. Nada pudo parar su ira, ni siquiera una presa calificada de "moderna" por el entonces comisario general de Aguas del Ministerio de Obras Públicas. Tan modema que funcionaba cuando no estaban acabadas las obras.

La viuda del tío Pepe de Sumacárcer estaba el pasado jueves en Valencia, en una manifestación de protesta por el retraso del juicio. Pero ella desconoce cuánto dinero piden para ella el fiscal y los acusadores particulares. Además del marido perdió el cultivo de sus tierras. Como Antonio Cardona y Ramón García.

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García afirma que hace años vio "un ovni que vino a Sumacárcer". "También lo vieron otros vecinos". Uno de éstos le preguntaba a un amigo suyo, que también dijo verlo: "¿No estaríamos borrachos, Estanislao?". Pero García no estaba borracho. De aquello hace mucho tiempo, y ahora le gustaría volver a encontrarse con aquel ovni: "Les diría que me lleven con ellos porque seguro que su mundo es mejor que el nuestro".

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