Los miembros de la NBA se divirtieron
Los jugadores del Boston Celtics y algunos representantes de la NBA regresaron ayer a Estados Unidos con un acopio de cazadoras de cuero, objetos de Loewe y piezas de Lladró. El torneo de Madrid les pareció un éxito y la experiencia interesante. A los principales dirigentes les entusiasmó la costumbre de ir de tapas. Les extrañó que las almejas se pudieran comer crudas y las bautizaron como dancing clams (almejas bailarinas). Para la NBA, el principal problema radicó en el palco del Palacio de Deportes.
La NBA no entiende de palcos porque en Estados Unidos se reserva a los invitados especiales una localidad cerca de la cancha, donde mejor se ve el baloncesto. Red Auerbach, el presidente de los Celtics, rechazó el palco, en la tribuna superior. A la NBA le extrañó este protocolo y consideró esta pequeña circunstancia como el problema más dificil de resolver. El Real Madrid trató de hacerse cargo de la organización del palco, pero las diferencias surgidas anteriormente con el club madridista por ciertos problemas obligaron a la NBA a encargar tan delicada misión a una agencia de imagen, la A, que también terminó encargándose de otras cuestiones, entre ellas decorar el Palacio de Deportes.Algunos problemas se solventaron con facilidad. Por ejemplo, la cantidad que pidió Telefónica, cuatro millones de pesetas, que le pareció excesiva a la NBA. Al final, se arregló a costa de 30 localidades. La NBA organizó clases de castellano a sus ejecutivos cuando se decidió que el torneo sería en Madrid; empezaron 60 y terminaron cuatro. La NBA sostiene un contencioso como consecuencia de que sus logotipos están registrados en España por una persona ajena a la entidad y vinculada a un medio de comunicación. David Stern, comisionado de la NBA, aprovechó la presencia de ésta en una cena en la Embajada estadounidense para, mediante un traductor, enviarle este mensaje: "O arreglas este tema o te cortamos los cojones".
Los jugadores de los Celtics llevaron un ritmo repleto de actos sociales. Muchos fueron acompañados de sus mujeres o amigas; otro, como Shaw, de su madre. Visitaron con frecuencia la discoteca Archy porque en la NBA los equipos no viajan en régimen de concentración. Los Celtics sólo pusieron una condición al protocolo dispuesto para su ida al Palacio de la Zarzuela, donde fueron recibidos por el príncipe Felipe: debía ir el utillero porque forma parte del conjunto.
La estatura de aquél, el hecho de que fuera tan joven, su conocimiento del idioma inglés... motivaron su sorpresa, así como la visita al castillo medieval de Manzanares el Real. "¿Quién es el propietario?", preguntaban.
Todos ellos son amantes del golf y algunos quisieron jugarlo. Pidieron permiso al entrenador, Jim Rodgers, pero éste lo denegó. "No es un viaje de turismo. Estamos aquí para jugar", contestó. Rodgers solicitó que se le instalara un vídeo y un televisor en el vestuario, así como en las canchas de la NBA. Para estudiar al Madrid obtuvieron una copia filmada de su reciente encuentro con el Estudiantes.Ir de compras fue uno de los aspectos que más les interesaba. Sus apetencias se centraban en cazadoras o productos relacionados con el cuero y figuras de Lladró. El doctor J, Julius Erving, puso especial énfasis en visitar la casa Loewe.La NBA puso mucha atención en los autobuses. Quería que cualquiera de sus 1.200 invitados tuviera siempre la oportunidad de desplazarse al acontecimiento de turno, un partido, una cena o una recepción. Cerca de 30 vehículos aseguraron una línea que funcionaba cada dos minutos.
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