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Marcos se declara decepcionado con Reagan y rechaza las acusaciones

El ex dictador filipino Ferdinand Marcos, de 71 años, que reside en Hawai, se declaró ayer "decepcionado" por la actitud para con él del presidente estadounidense, Ronald Reagan, y "rechazó" las acusaciones de la justicia norteamericana, que desea procesarle por malversación de fondos, junto con su esposa, Imelda, y otras ocho personas, entre ellas el multimillonario árabe Adnan Kashogui, residente en España.Por su parte, la presidenta filipina, Corazón Aquino, declaró ayer que el caso "es una buena noticia para su país". La noticia cayó como una bomba en Mindanao, donde la opinión pública y la oposición criticó estos días el reciente acuerdo entre Washington y Manila, para la prórroga hasta 1991 de las bases estadounidenses en este país, informa Ramón Vilaró.

La presidenta Cory Aquino opinó que la decisión del tribunal contribuirá a que otros países "investiguen los crímenes de los Marcos y ayuden a recuperar la fortuna defraudada al pueblo filipino". Las reacciones en los medios políticos de Manila son de diferente índole ante el anuncio del juicio a Marcos. "Creo que es desafortunado e inexacto", dijo ayer Juan Poce Enrile, el ex ministro de Defénsa de Marcos, que dio la espalda, encabezando la revuelta militar contra Marcos en febrero de 1986. Enrile agrupa el núcleo de oposición política a Cory Aquino. El abogado de Marcos en el archipiélago, Fafeal Recto, declinó cualquier comentario.

Un mal amigo

El abogado neoyorquino de Marcos, John T. Tigue, dijo que el ex jefe del Estado filipino estaba "profundamente decepcionado porque Reagan no haya evitado su procesamiento". El portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, en cambio, había declarado que el primer mandatario de EE UU "estaba entristecido" por el procesamiento, en cuanto consideraba a Marcos "un viejo amigo". También el abogado de la familia Marcos, Richard Hibey, que ayer se reunió con ellos en Honolulú, afirmó que todos los cargos "son falsos", y "esperamos tener la oportunidad de defendernos frente a ellos". El abogado añadió que el procesamiento del ex dictador está relacionado con el reciente acuerdo político entre Manila y Washington sobre la permanencia de las bases militares de EE UU en suelo filipino.Marcos y su esposa deben comparecer ante un tribunal de Nueva York el próximo día 31, donde están inculpados desde el pasado viernes de malversación de fondos, fraude y obstrucción a lajusticia. Han sido acusados de utilizar en su provecho 103 millones de dólares (unos 12.800 millones de pesetas) propiedad del Estado filipino para la compra de inmuebles y obras de arte en Nueva York.

Hibey no quiso precisar los términos en los cuales basará su defensa, pero dejó entrever que jugaría un papel importante "el frágil estado de salud" de su cliente.

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