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Nacionalistas y socialistas se cruzan ofertas de colaboración en el Parlamento catalán

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y Raimon Obiols, secretario general del Partit deis Socialistes de Catalunya (PSC), protagonizaron un cambio radical en las relaciones entre nacionalistas y socialistas, expresado en su lenguaje dialogante y por la apología que ambos políticos realizaron del consenso y del diálogo como fórmula de relación entre las dos principales fuerzas políticas de Cataluña. El acuerdo que ayer apuntaba en el Parlamento catalán, en el segundo día del debate de política general del Gobierno de la Generalitat, puede poner fin a dos legislaturas de enfrentamiento entre Convergència i Unió (CiU) y el PSC.

Obiols resumió su posición afirmando que la hora actual exige más diálogo que discusión. Pujol presentó su opción por el acuerdo con el Gobierno central y con los socialistas en Cataluña como la reformulación de la oferta que realizó en 1984, tras conseguir su primera mayoría absoluta, que no llegó a cuajar a causa de la presentación de la querella por el asunto Banca Catalana. También fue la confirmación de las líneas-expuestas en su discurso del inicio del debate.Por otra parte, la polémica suscitada -por la puesta en marcha del Canal-33 dio ayer un nuevo giro al admitir fuentes próximas al Departamento de la Presidencia de la Generalitat la existencia de un "principio de acuerdo" con la Administración central, alcanzado el martes en Madrid entre el ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones, José Barrio nuevo, y el secretario general por delegación de Convergència Democrática, Miquel Roca.

El propio Jordi Pujol matizó ayer en el Parlament sus declaraciones del día anterior, realizadas desde la misma tribuna, al señalar que negó la existencia del pacto por temor a que "algun hecho inesperado pusiera en una situación difícil al interlocutor del Gobierno central".

Roca y Barrionuevo se comprometieron a no divulgar el acuerdo por deseo expreso de este último, que, según las fuentes mencionadas, "debía realizar ciertos contactos para estar en condiciones de garantizar su cumplimiento por parte de la Administración central". La filtración del resultado de la reunión habría colocado al ministro, siempre según la Generalitat, "en una situación incómoda", lo que motivó a Pujol a negar la existencia del pacto.

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