Los bancos aguantan el tirón
El comienzo de la cotización del nuevo BBV después de la fusión podía animar a los bancos; ése era el pronóstico, y lo cumplieron. En la espera se sucedió una apertura que mimetizaba la fuerza de los últimos días del trimestre, con cierto cansancio posterior por parte de los valores que más enteros habían sumado. El negocio que acompañaba a ambos, fuertes y débiles, no era comparable con el del viernes; más de un corro se apagó antes de los diez minutos, y al final, de quedar algo, quedaba papel. A esto hay que sumar el enfriamiento de algún rumor de OPA después de la retirada de la última, sobre la inmobiliaria Eurobuilding.Pero esa debilidad, en buena medida concentrada en los valores químicos, no quedó reflejada en el índice, cada vez más cerca del 285%. El factor bancario recibió el apoyo de los inversores que quieren volver al ciclo semanal, tan utilizado en épocas alcistas. La inercia de los últimos días también puso su grano de arena, acompañada por la confianza bancaria.
No defraudaron; entre los ocho grandes, sólo uno, el Exterior, recibía cierta presión del papel. Aprovecharon todos los motivos que podían animar la mejora: para uno la fusión, otros la preparación de esa operación, alguno sus operaciones exteriores y el resto la recuperación de sus últimas sesiones. Con todo, la mejora que consiguieron en el índice no tuvo un reflejo simétrico en el ambiente del mercado. Habían logrado sus hazañas con un volumen de títulos, en la caja, bastante limitado, y puede ser demasiado arriesgado esperar que esta subida marque una tendencia. Ese temor acalló casi todas las voces al cierre; las pocas que quedaban eran vendedoras.
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