Tirar de cartera
González y Delors negocian esta semana mejores puestos p ara los comisarios españoles en la CE
El Gobierno español desea que sus dos comisarios comunitarios sigan en Bruselas, pero desempeñando en la Comisión Europea carteras de más peso: Presupuesto y Relaciones con América Latina y países terceros mediterráneos, según informan fuentes comunitarias y diplomáticas españolas. Jacques Delors, presidente del órgano ejecutivo comunitario, viaja el jueves día 6 a Madrid para hablar con Felipe González (entre otros interlocutores) de la próxima presidencia española de la Comunidad Europea (CE), del reparto de los fondos estructurales y de la distribución de carteras.
A pesar de que ambos son de ideología socialista, la relación entre González y Delors ha estado salpicada de fricciones desde diciembre del año pasado, cuando el presidente de la Comisión intentó en la cumbre comunitaria de Copenhague lograr un compromiso sobre la reforma de la financiación de la CE que perjudicaba a los Estados miembros meridionales. Su actitud fue entendida como una traición por la delegación española.Un acuerdo equilibrado fue finalmente alcanzado el 13 de febrero en Bruselas, pero, aun así, la relación siguió deteriorada. Hasta tal punto que cuando Delors efectuó en mayo y junio una gira de capitales para intentar ser confirmado en su cargo en la cumbre de Hannover, no fue recibido en Madrid con el pretexto de que "la agenda de González estaba muy recargada".
La cantidad de asuntos pendientes y el deseo de superar las tensiones personales para cooperar durante el primer semestre de 1989 ha incitado a ambos a darse cita en la Moncloa dentro de cuatro días. Delors desea ser informado de las intenciones de la presidencia española, mientras González se esforzará por convencer al presidente comunitario de que los comisarios españoles deben asumir carteras con más entidad.
En la actual Comisión Europea, cuyos 17 miembros cesan el próximo 31 de diciembre, los dos comisarios españoles, Manuel Marín y Abel Matutes, obtuvieron carteras con escaso contenido -Asuntos Sociales e Ingeniería Financiera y Ayudas a las PYME- porque, según la expresión de un diplomático, "se subieron al tren en marcha" al haber sido constituida la Comisión un año antes del ingreso de España en la CE.
Controlar el presupuesto
"El objetivo de Marín es", según indica uno de sus colaboradores, "entrar en las tripas de la casa" y asumir la cartera de Presupuesto, desempeñada actualmente por el danés, Henning Christophersen. Esta cartera sigue siendo importante, aunque ha perdido parte de su relieve desde que los problemas presupuestarios quedaron resueltos hasta 1992 con el acuerdo de Bruselas en febrero y con otro posterior en el Parlamento Europeo.
El deseo del comisario socialísta de ocupar una cartera de mera gestión con escaso margen de maniobra ha causado cierta sorpresa en círculos comunitarios, donde su intención se explica en parte por la consideración que merece el puesto y por la aversión de Marín hacia los .grandes viajes y las relaciones públicas que muchos otros cargos conllevan.
Para lograr su propósito, Marín ha mejorado su relación con Delors, con el que él y otros comisarios tuvieron roces a principios de año, cuando, preocupado por el bloqueo de la indispensable reforma, el presidente de la Comisión se excedió verbalmente en la reunión semanal que mantiene con su equipo.
Aunque no comparte su ideología y todavía no ha aceptado su invitación para pasar unas vacaciones en la isla de Ibiza, Matutes mantiene, en cambio, una excelente relación personal con Delors.
El mandato del ex ministro francés de Asuntos Exteriores, Claude Cheysson, que actualmente se encarga de América Latina, Países Mediterráneos y Asia, no será renovado, y Matutes anhela sustituirlo, aunque, como es consciente de que la cartera sea acaso excesiva para un segundo comisario español, ha sugerido que su ámbito geográfico sea recortado, dejando de lado a Extremo Oriente.
Más de un miembro del Gobierno González ha soñado también con que esa cartera incumba a un español, pero otros opinan que asumirla sería peligroso porque podría suscitar expectativas en América Latina que la Comunidad no estaría en condiciones de satisfacer. Además, los fondos que la CE dedica a ese capítulo son muy limitados.
Además, Matutes tiene en su contra su escaso conocimiento de la política internacional, especialmente del Tercer Mundo, que le ha llevado a veces a confundir en público un país por otro o a vincular a partidos políticos enemistados. Si no consiguiese su meta, el vicepresidente de AP se conformaría probablemente con conservar su actual cartera, pero dotada de competencias más amplias.
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