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El FMI revisa al alza su previsión de crecimiento para 1988 y 1989, aunque a costa de más inflación

El Fondo Monetario Internacional (FMI), en un documento confidencial que será estudiado a finales de esta semana en la asamblea anual que comienza en Berlín, ha revisado al alza en un punto porcentual más (del 2,8% al 3,8%) su previsión del pasado mes de abril sobre el crecimiento esperado en los países industrializados durante 1988 y 1989, si bien estima que "este soprendentemente mejor comportamiento" de la economía mundial se hará a costa de unas décimas más de inflación. El organismo mundial también ve "signos alentadores" en la situación del mundo en desarrollo.

Los técnicos del FMI elaboran dos, veces al año sus previsiones sobre la evolución de la economía mundial en un documento que se conoce como World Economic Outlook. Los informes se presentan durante las reuniones de primavera (abril) y en la asamblea anual (septiembre) a discusión de los ministros y gobernadores de los bancos centrales que asisten a los encuentros de los comités interino y de desarrollo.En el documento elaborado para Berlín, las previsiones son, sorprendentemente, marcadamente optimistas. Es más, los miembros del staff técnico del FMI afirman que el mayor interrogante de la economía de los países industrializados es en estos momentos "cómo hacer que la expansión económica en curso sea más duradera y se reparta de mejor manera entre los países", habida cuenta que en términos históricos "(la expansión) es, en su sexto año, la más larga de las últimas décadas".

El informe comienza señalando que la evolución de la economía mundial en los "dos o tres últimos trimestres" ha sido "considerablemente más satisfactoria" que lo que se esperaba después del crash bursátil de octubre. "El producto ha crecido fuertemente, el comercio mundial ha sido robusto y la inflación parece permanecer bajo control". No obstante, dos cuestiones quedan aún por solventar en este panorama: ¿podrán los mercados financieros financiar, a los actuales tipos de cambio y tasas de interés, los amplios desequilibrios externos que se vislumbran? Y, por último, ¿está la inflación reapareciendo y supone ésta una amenaza a las políticas de ajuste?".

La amenaza de la inflación a observan los técnicos del FMI en el sorprendente aumento del producto en las economías industriales, que crecerán un 3,8% este año; es decir, un punto porcentual más que lo previsto sólo el mes de abril. En 1989 el crecimiento se mantendrá, aunque a menor escala, en torno a un 2,8%, pero dos décimas más que la previsión de abril. Incluso para los países en desarrollo las previsiones son buenas, ya que el año próximo crecerán un 4%, una décima más que lo estimado previamente, aunque se desacelerará el aumento del precio de las materias primas y los precios del petróleo caerán casi un dólar por barril.

La situación en las tres principales economías (EE UU, Japón y la RFA) es a su vez mejor que lo que se esperaba. Estados Unidos está creciendo al 4%, "la mayor tasa desde 1984". Japón lo está haciendo casi al 6% anual, gracias a una fuerte aceleración de la demanda interna, y la República Federal de Alemania está notando un fuerte aumento de su actividad, también por el incremento del consumo. El FMI incluso destaca que países como Australia, España y Suecia presentan un "fortalecimiento de su actividad", aunque la misma plantea interrogantes sobre un previsible recalentamiento de sus economías.

En la mayor parte de los países industriales el comportamiento económico tiene su origen en el aumento de la tasa de inversión, "lo que ha ayudado afortunamente a reducir el riesgo de una economía que funcione al máximo de su capacidad productiva".

En el frente del empleo en los países industriales, aun a costa de permanecer alto en términos comparativos frente a otras épocas de expansión, "el repunte de la actividad ha contribuido a reducir su tasa", particularmente en algunos países, como Estados Unidos, Canadá y Reino Unido. En el capítulo de la inflación, como se ha señalado, los precios han mantenido su tendencia moderada, aunque con una ligera aceleración durante 1987 en los países industriales.

Aumento de la deuda

La deuda externa acumulada de los países del Tercer Mundo sigue creciendo, hasta totalizar 1217 billones (españoles) de dólares a finales de 1987. Pero el FMI estima que existen "signos alentadores" en la situación objetiva de los países en desarrollo, ya que aparte de crecer su economía a un ritmo superior a los industriales, "los ingresos por exportaciones han aumentado significativamente y, en consecuencia, la relación del servicio de la deuda con las exportaciones mejoró el pasado año, por vez primera, desde el comienzo de la crisis hace seis años".

Con todo, los técnicos del FMI no las tienen todas consigo en relación al futuro de las economías en desarrollo. El documento señala que el crecimiento económico en estas naciones "varía de unas a otras" y, en cualquier caso, su aumen to es sólo moderado, ya que pasará del 3,4% en 1987 al 4% en 1989. Lo peor de todo es que el menor incremento se está produciendo en los países más endeudados y entre los más pobres de los exportadores de petróleo.

Las diferencias en los comportamientos de las economías industriales y las de los países en desarrollo se justifican por el FMI por diversos factores: debilidad de los mercados de petróleo, disminución de importaciones procedentes del Tercer Mundo por parte de los paises exportadores de crudo, debilidad de los precios de algunos productos (bebidas tropicales, frutas, etc.) que son base de las exportaciones del mundo en desarrollo y el aumento de los tipos de interés en el mundo industrializado, que ha encarecido los servicios de la deuda.

Sólo los exportadores de productos manufacturados (básicamente países asiáticos) están registrando aumentos fuertes de su producto. La inflación, a su vez, está aumentando en este mundo hasta alcanzar una media del 55% en 1988, frente al 40% en 1987.

En el problema de la deuda, que ha crecido en términos porcentuales un 4% en el último año, el FMI señala que el aumento se ha debido, en las cuatro quintas partes, a la mayor financiación oficial, que está adquiriendo al sector privado sus créditos. La caída del ratio deuda/exportaciones, del 169% al 158% en el último año, probablemente continuará en 1989 y años subsiguientes, lo que supone un rayo de esperanza a medio plazo.

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