Un regreso peligroso.
Ayer comenzaron las clases del nuevo año escolar en los niveles de preescolar y EGB -unos seis millones de alumnos- con normalidad en la mayor parte de los casos, pero también con ejemplos de la proverbial tendencia a la improvisación y la chapuza, de la que la fotografía recoge un ejemplo. Es el caso del colegio Manuel Sainz de Vicuña, situado en el madrileño barrio de Moratalaz. Apenas un par de días antes de comenzar las clases, se iniciaron las obras para el cambio de toda la carpintería metálica del edificio. Pese al posible riesgo, los alumnos se incorporaron a sus aulas con los nuevos ventanales recién instalados y sin cristales.
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