Cinco años de espera
La familia Corella ha esperado cerca de cinco años para que un tribunal de Justicia reconociese que Santiago, conocido ya por la opinión pública como el Nani, se encuentra desaparecido. En este lapso de tiempo, y en parte a causa de la lucha familiar, han saltado a la luz comportamientos irregulares de la policía que han supuesto un verdadero quebradero de cabeza para las autoridades políticas del Ministerio del Interior, uno de cuyos titulares llegó a admitir que le habían colado un gol.
Todo se inició en la mañana del 12 de noviembre de 1983, cuando agentes del orden se presentaron en la casa de los Corella, situada en el barrio obrero de San Blas, de Madrid, y detuvieron a el Nani, que acababa de abandonar la cárcel hacía escasos meses.
La mujer y las hermanas de Corella fueron igualmente llevadas a las dependencias de la Puerta del Sol, donde escucharon por última vez la voz -o mejor los gritos de dolor- de Santiago. Desde entonces no han tenido noticias de él.
La lucha de la familia ante los tribunales se inició el 17 de mayo de 1984, cuando Soledad Montero -mujer de el Nani- presentó -una denuncia. El magistrado Andrés Martínez Arrieta pidió un año más tarde el procesamiento de los agentes implicados, pero la Audiencia Provincial de Madrid lo desestimó.
Punto muerto
El caso cayó entonces en un punto muerto, hasta que un joyero de Santander saltó a la palestra con unas declaraciones judiciales en las que implicaba a agentes de Madrid y Bilbao en múltiples actuaciones delictivas. Una de ellas era el caso el Nani.El juez Arrieta reabrió el sumario y esta vez su petición de procesamiento fue atendida. El magistrado adjuntó a su solicitud un informe donde consideraba que Santiago Corella murió en dependencias policiales, y conceptuaba tal hecho como homicidio.
Las declaraciones del confidente Federico Venero obligaron a reaccionar al Ministerio del Interior, quien creó una brigada anticorrupción para investigar las múltiples ramificaciones de lo que la Prensa ha denominado mafia policial. José Barrionuevo, entonces titular del Ministerio del Interior, llegó a afirmar el 17 de septiembre de 1986 ante el Congreso de los Diputados que es posible que al ministro le hayan metido un gol".
El caso el Nani se convirtió entonces en uno de los temas de mayor desgaste del Gobierno socialista, ya que la instrucción del sumario empezó a poner en evidencia un escaso control por parte del Ministerio del Interior de las aplicaciones de la legislación antiterrorista sobre delincuentes comunes como Santiago Corella.
Ahora la sentencia de la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid recoge este dato y el de la desaparición de Corella, además de reconocer que hubo torturas y falsedad en los documentos policiales. La familia, mientras tanto, se mantiene en una convicción: quieren una tumba para el Nani.
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