Núñez sacó adelante una asamblea planificada
Josep Lluís Núñez, presidente del FC Barcelona, sacó adelante una asamblea que temía. La excelente planificación de la misma y los pobres argumentos de los compromisarios de la oposición propiciaron que la actual junta directiva fuera refrendada en su gestión. Sólo 506 compromisarios de los más de 3.000 que debían haber hecho acto de presencia dieron el visto bueno al polémico balance del ejercicio anterior y aprobaron el presupuesto de esta temporada, que asciende a 3.837 míllones de pesetas, además de la venta de los terrenos de Viladecans y de Fabra i Coats.Hasta las diez de la mañana, quien iba a ser la auténtica estrella de la asamblea, el secretario y novel directivo de Josep Lluís Núñez, además de decano del Colegio de Abogados de Barcelona, Josep Maria Antrás, no se decidió a dar comienzo el acto. En aquel momento había en la sala sólo 370 compromisarios, que habían sido -así lo pidió la oposición- previamente identificados y separados de los periodistas y de un grupo heterogéneo de invitados, entre los que había muchos adictos al nuñismo.
La estrategia de Antrás era sencilla, pero terriblemente eficaz: limitar al máximo las intervenciones de Núñez y, por supuesto, también las de la oposición. Consiguió que los asistentes pasaran de la lectura del acta de la asamblea anterior, recogida en más de 70 folios supervisados por el notario Bertomeu Más Oliver, y abordó uno de los temas que quería conocer con claridad la oposición: las altas y bajas de socios.
Según el informe, el número de socios del Barcelona apenas ha crecido desde el 30 de junio de 1987 -entonces había 108.170. El número total de altas asciende a 2.240, mientras que el de bajas suma 2.229; es decir que en un año tan sólo ha habido un incremento de 11 socios. Muchos de los 108.181 socios que ahora tiene el Barcelona no están al corriente de pago y deben 65.107.000 pesetas.
Eran las 10.23 horas cuando llegó el momento más esperado el discurso de Núñez. Vestido con un traje negro se caló las gafas y comenzó diciendo que "este es un momento emotivo para mí, tras 10 años de gestión". El presidente consumió apenas cinco minutos de un parlamento inconexo que fue el prólogo de presentación de un video titulado Crónica de 10 años. Las casi 30 minutos de ensalzamiento de su gestión sirvieron para adormecer a los compromisarios, que ni siquiera esbozaron unos tímidos aplausos al final de la proyección.
El presidente volvió a tomar la palabra. Siguió con sus comparaciones con el pasado y lo único noticiable que dijo fue que "Schuster se habría quedado, si le hubiéramos pagado los 750 millones que le paga el Real Madrid por tres años".
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