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Ovación a Donato y primera bronca a Paulo Futre en el Calderón

Cuatro titulares y siete suplentes del Werder Bremen se impusieron al segundo proyecto de Jesús Gil en el trofeo Villa de Madrid. Bastó un desafortunado remate hacia atrás de Luis García para que el campeón de la Bundesliga se impusiera a un flojo Atlético cuyo juego cansino, falto de chispa y de velocidad enfrió por completo los ánimos de sus aficionados. Apenas cabe destacar un par de datos positivos, entre ellos la calidad del debutante brasileño Donato en el manejo del balón, y el regate y la inteligencia de Manolo. Pero ya resultó significativo que hasta la estrella, el portugués Paulo Futre, escuchase su primera bronca en el Calderón por su continuo ir y venir sin sentido con el balón en su poder, como si fuera suyo en propiedad."Esto va a funcionar", decía Maguregui tras la nueva derrota del Atlético. Y es posible que alguna vez funcione. Pero quedan tres días para que el equipo debute en la Liga ante el reforzado Logroñés y por lo visto anoche el técnico rojiblanco no dispone de muchas invitaciones para regalar optimismo. Ante un devaluado campeón alemán, Maguregui presentó un equipo con pretensiones ofensivas, dando entrada a Carlos como doble ariete junto a Baltazar, con Futre en la media punta y Manolo en la banda derecha. Pero pronto se vio que ese era un equipo descompensado, y no sólo porque Carlos volviese a mostrar los mismos síntomas de nerviosismo sobre el césped que a la hora de reclamar una oportunidad.

Y es que el regate y la habilidad de Manolo no se aprovechaban arriba. Por el contrario, se obligó al ex murcianista a un desgaste físico de apoyo a la media y a la defensa que le restaba fuerzas y claridad de ideas en ataque. Sí resultó positiva la inclusión de Donato, que no es Alemáo pero que se confirmó como un clásico jugador brasileño, tranquilo -a veces la serenidad se confundió con cierta lentitud-, de buen trato con el balón, con visión del juego y capacidad para decidir el momento adecuado de moverse en corto o lanzar el pelotazo largo. Donato, que trabajó tres años como cerrajero, fue el único que supo abrir la llave de la espe ranza de la hinchada rojiblanca, que le jaleó en el segundo tiempo una vistosa acción individual con dos sombreros consecutivos ante dos rivales.

Maguregui colocó un equipo más lógico en el segundo tiempo al dejar a Carlos en la caseta a modo y manera de eficaz valium incluir a Marina en la media y adelantar a Manolo junto a Baltazar. Pero este Atlético da la impresión de estar cansado antes de tiempo, como ese viajero continuo que se mira al espejo y confunde su cuerpo con una maleta. Ya advirtió Enrique Ibáñez, el jefe de los servicios médicos, que la pretemporada se había planteado de la mejor manera posible para llegar al inicio de la Liga con cara de sueño. Otros dos jugadores salieron del campo con problemas físicos, Marrero, con un pinzamiento en la ingle, y Juan Carlos, con un estiramiento muscular. Pero Ibáñez estaba ayer también de viaje, en Finlandia, como oyente en la intervención quirúrgica de Goikoetxea.

La derrota, pese a todo, no pareció enfriar el ánimo de Gil, quizá porque según dijo había conseguido rebajar en unos 2,5 millones los 11 que iba a cobrar el Werder Bremen a la vista de la ausencia de sus siete internacionales. El presidente se mostraba muy feliz. Y lo argumentaba así: "Donato no ha perdido ningún balón". Pero sí estaba preocupado. Futre había escuchado su primera bronca en el Calderón por su individualismo, hasta el punto de que los silbidos hicieron mella en el portugués al que en los últimos minutos le quemaba el balón en su pierna izquierda. Así que Gil se encerró en su despachó para tratar de seguir reforzando su segundo proyecto con el fichaje a última hora del barcelonista Calderé. Aún quedan tres días para que el campeonato eche a rodar para el Atlético y a este ritmo Maguregui podrá alinear en Logroño a Futre, Donato, Baltazar y a otros ocho acompañantes nuevos.

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