"Europa razonable
Aunque con un poco de retraso por estar de hospitales -¡yo un fósil!- y otras servidumbres más perentorias que la de escribir mi-Pasa a la página siguiente
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sivas, al fin dispongo de un rato para dedicárselo a Savater y puntualizar algunos extremos de su carta de finales de julio. Carta rebosante del fervor polémico que caracteriza a nuestro pensador, pero que pudiera dar lugar a torcidas interpretaciones, sobre todo entre los que, por alguna extraña razón, carecen de receptividad frente al prolífico escritor.
No es cierto que Savater sea un "papanatas" -aunque guste utilizar esta expresiva palabra-. Al contrario, con una prodigiosa lucidez sabe identificar a los que no piensan como él, que son los verdaderos papanatas. Procedimiento tan simple y original que le evita automáticamente toda equivocación al enzarzarse en una polémica.
No es tampoco cierto que sea un "idiota de Occidente", pues tal merecen llamarse únicamente los críticos de la democracia y los inconformistas que no saben que la democracia es el menos malo de los sistemas políticos, los que ignoran que Europa es un mal razonable, que la señora Thatcher es la menos mala de todas las Thatcher posibles y que si somete a los berlineses a vuelos rasantes hasta en la hora de la siesta, lo hace por seguridad, y necios son los que no lo comprendan. Y es que hay gentes descontentadizas -a la par que tontas- que no saben agradecer las muchas bendiciones que la Europa razonable nos proporciona, sea la del Mercado, sea la de la OTAN. Cualquier barman de la Moncloa tiene más sabiduría política que los izquierdosos, los testimoniales e inconformistas de siempre.
No es cierto que Savater sea un sofista, pues si en su carta pasa del Muro de Berlín al avión civil iraní y del avión a los muertos de ETA y a otras cosas tan heteróclitas como éstas, no lo hace por gusto, sino por denunciar la confusión mental de los otros. Los que sí son sofistas -y un poco malvados- son los que se empeñan en identificar su hedonismo y felicidad con el pragmatismo y la miseria moral, bajo pretexto de que las cosas podrían ir mejor.
No es cierto que sea un bufón, amigo de hacer frases para la galería. Lo que pasa es que la gente confunde su ingenio con la gracia esperpéntica, que es cosa muy diferente. Si añade a los triunfos de Perico Delgado y de Ballesteros un gracioso Premio Nobel de economía a mi modesta persona, es únicamente para que se vea lo ridículo del caso de que un señor de provincias se ponga a decir lo que piensa y lo haga sin pedir permiso.
No es cierto, por último, que emplee las páginas de EL PAÍS para lanzar ataques personales y panfletarios. Además, la mejor prueba de que en la mencionada carta no hay tales ataques es que EL PAÍS, que tratándose de Savater es un periódico neutral, la ha publicado.
Siento ser un hagiógrafo tan mediocre que sólo haya mencionado a Savater cinco, veces, cuando él, con más potente verbo, lo ha hecho hasta siete. Pero espero que la próxima vez pueda descubrir en él nuevas cualidades intelectuales y quedemos en paz. Mientras tanto...
Desde Burgos con amor.-
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