Un presidente ciego
La supina invalidez de los novillos la vieron todos los espectadores menos uno. El presidente, Francisco González, que demostró ceguera en máximo grado. Devolvió dos de ellos porque el bochinche desatado en los tendidos presagiaba una grave alteración, que se produjo con el sexto, que era un chotillo. La mayoría de los espectadores no aguantaron, más, aumentaron sus broncas al presidente, llenaron el ruedo de objetos y abandonaron la plaza ante tanto fraude permitido por quien debe velar por los intereses de los espectadores y no los de los taurinos.Sólo se lució Aparicio, que toreó con sentimiento y hondura al quinto. En el segundo sacó a relucir su frágil ánimo. Espartaco no pudo con el genio del novillo de A. Pérez, el único con fuerza, y se aburrió con el otro. Como Aranda, que bastante hizo con no -tropezar con el sexto.
Arribas / Espartaco Chico, Aparicio, Aranda
Cuatro novillos de Arribas, 4º de A. Pérez y 6º, de P. Angoso. Espartaco Chico: silencio; aviso y silencio. Julio Aparicio: silencio; oreja. Luis Carlos Aranda: silencio en los dos. Plaza de Colmenar, 28 de agosto.
Babelia
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