El Real Madrid ganó en Sarriá con un gol de Schuster

Viéndole en Barcelona vestido de blanco, con su melena rubia habitual, producía un extraño efecto óptico. Pero era el mismo de siempre, Bernd Schuster, aun que con citra camiseta. Sabía que todas las miradas estaban puestas en él y no defraudó, aunque quizá los miles de barcelonistas infiltrados en las gradas de Sarrià esperaban que jugara igual que cuando vestía los colores azulgranas. Ahora lo hace diferente, pero sigue siendo genial. Y una genialidad suya dió el trofeo Ciudad de Barcelona al Real Madrid, que le perdonó la vida al Español de Clemente.El técnico blanquiazul, comedido y receloso durante toda la pretemporada, planteó el encuentro como si fuera de competición y el espectáculo se resintió. Ese estilo de juego con el sello de Clemente planteó al principio problemas al Madrid. Pero una vez que aguantó el chaparrón, el conjunto madridista controló el partido a la perfección. Su juego no fue brillante e incluso pudo defraudar a quienes esperaban que el área del Español se convirtiera en el polígono de tiro de Anchuras, pero sí muy efectivo.

El Madrid, pese a que apenas ha cambiado de jugadores, tiene un aire diferente. Da la impresión de ser mucho más serio que el de la anterior temporada. El sacrificio de Gallego no ha sido estéril, porque sin El Soso el equipo madridista pierde menos balones y ha conseguido algo importantísimo: que sus hombres adquieran una movilidad impresionante. Anoche se movieron todos al ritmo de Schuster.

Al Madrid sólo le faltó redondear la neche con más goles. Algunos no llegaron por errores y falta de entendimiento entre Hugo Sánchez y un Butragueño cada vez inás desdibujado, lento y torpón. Y otros fueron cercenados de raíz por la excelente defensa blanquiazul, la parte más fuerte de este nuevo Español, que parece haberse renovado más con los pies que con la cabeza y sin tener en cuenta los millones que entraron en sus arcas por los traspasos de de Soler y Valverde al Barcelona.