Un reguero de maletas

El autobús dejó un reguero de maletas, ropa y juguetes a lo largo de los 20 metros que se arrastró con su costado izquierdo. Los asientos se comprimieron y la cabina y parte trasera se afilaron 1 'ras las dos violentas sacudidas de los impactos. El autobús debió de permanecer clavado unos 20 minutos hasta que aparecieron los primeros equipos de socorro. Una muñeca se quedó agarrada a un matorral a unos 12 metros del autobús y se mecía cuando soplaba el viento.En el coche de la empresa Antunes-Reisen, con sede en la localidad alemana de Hausach, viajaban familias enteras que volvían a sus lugares de trabajo en Alerriania, entre ellas seis niños, uno de los cuales ha muerto.

En el hospital, la niña portuguesa Sandra Freire, de 10 años, repetía que su hermano había muerto sin que nadie pudiera confirmárselo o decirle lo contrario. Las identidades de los fallecidos en el momento del accidente no fueron reveladas hasta bien entrada la tarde.

Durante toda la mañana mujeres accidentadas llamaban desde los hospitales vizcaínos buscando desesperadamente a sus hijos, que quizá habían sido trasladados a Vitoria. Hermanos separados y maridos que recibían la noticia del fallecimiento de su mujer, fueron casi las únicas informaciones que cruzaron en portugués y alemán los pasillos del hospital de Txagorritxu, centro que canalizó la coordinación de los hechos.