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Dos barcos de pesca tuvieron que remolcar el yate del Rey

La avería que sufrió el pasado sábado el yate real Fortuna ha alterado los planes que el rey Juan Carlos había previsto para los príncipes de Gales. Dos barcos de pesca y una ¡ancha zodiac de la Armada tuvieron que remolcar ese día el Fortuna. La rotura de unas conducciones eléctricas de la embarcación del Rey provocó que ayer, domingo, el príncipe Carlos no pudiera salir al mar. El Fortuna abandonó anoche la base naval del puerto de Sóller tras ser reparado.

El capitán del Fortuna, Richard Cross, pasó toda la noche del sábado a bordo de la embarcación, tratando de solucionar la avería junto a varios técnicos de la Armada. Cross partió a Palma ayer por la mañana para comunicar al Rey que la avería estaba subsanada.La presencia del Fortuna en el pequeño puerto de Sóller no pasó desapercibida. Las numerosas embarcaciones que entran y salen de esta preciosa bahía se detuvieron ayer para observar de cerca el espectacular casco del yate real. Dos centinelas apostados en dos espigones cercanos, armados con fusiles, impedían a los más curiosos aproximarse al Fortuna.

La avería provocó algunas incomodidades al príncipe de Gales, que tuvo que regresar el sábado a Palma de Mallorca en furgoneta por una carretera de curvas muy cerradas. Testigos presenciales de la entrada del Fortuna al puerto de Sóller, comentaron que el yate se averió cuando se encontraba en el interior de la bahía.

El Fortuna tuvo que ser remolcado hasta el muelle militar por dos embarcaciones de pesca y una zodiac de la Armada, contrariamente a lo que declaró el pasado sábado el suboficial de guardia de la base. En la lonja de Sóller no se hablaba de otro tema que de la sorpresa que tuvo Juan Galindo, patrón de La Pascuala y Juan Moranta, patrón de Tinu, que fueron reclamados para ayudar al Fortuna por el comandante de la base de Sóller, el capitán de corbeta Miguel Bosch. El Fortuna se averió a las 12.45 horas del sábado, cuando se dirigía hacia Mahón con el rey Juan Carlos y al príncipe Carlos a bordo. El yate iba escoltado por la patrullera Quiroga pero esta nave había quedado a la entrada de la bahía de Sóller aguardando a que el Rey acabase de mostrar la zona al príncipe Carlos para seguir rumbo a Mahón.

La avería fue provocada por un cortocircuito que bloqueó los mandos del barco. "El Fortuna quedó fondeado en mitad de la bahía y fue remolcado por los pesqueros hasta la base naval, donde el atraque del yate, en el que participó el Rey, se hizo a mano", comentó ayer, Nicolás Diez, un vecino de Sóller, testigo de la maniobra.

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