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Banesto ultima una operación de saneamiento del banco Catalá de Crèdit

Banesto ultima en estas semanas su estrategia con dos de sus filiales, el Vitoria y el Catalá de Crédit, con el objetivo de ponerlos en rentabilidad, tapar algunos de los agujeros aún pendientes dentro de todo el grupo y sacarlos a bolsa como forma de obtener unas plusvalías suficientes que mantengan elevadas las cuentas de resultados ante la caída de los beneficios típicos del banco. La salida a bolsa del Vitoria se llevará a cabo en este año, mientras que la del banco catalán deberá esperar a 1989, un año después de que Banesto proceda a ampliar el capital y adquirirle activos fallidos.

Tres filiales bancarias del Banesto tuvieron que asumir en 1987 parte de los quebrantos producidos por el Banco Garriga Nogués, de los que la mayor parte fueron absorbidos por el propio Banesto. El Banco de Madrid, el Vitoria y el Catalá de Crédit -surgido este último de las cenizas del Garriga y al que se le sumaron algunas oficinas del Madrid -contabilizaron en sus balances respectivos quebrantos por un valor conjunto de 10.000 millones de pesetas.El Catalá de Crédit se llevó 4.000 millones de pesetas, y los otros dos bancos, 3.000 millones cada uno. Estas dos últimas entidades hicieron las provisiones necesarias con cargo al ejercicio de 1987, cosa que no ocurrió con el Catalá.

En el ejercicio actual es donde van a aparecer estos 4.000 millones de pesetas, mediante un trasvase del filial al banco matriz. Los responsables de Banesto estudian en estos momentos colocar en rentabilidad a su filial catalana, después de haber fracasado distintos intentos por lograr ayudas del Banco de España a través de una exención de coeficientes y trato preferente para tapar el agujero.

Una vez que se han convencido de que poco es lo que pueden esperar de las autoridades monetarias, a pesar de que el Catalá de Crédit haya presentado pérdidas de cierta cuantía en lo que va transcurrido del ejercicio, se han decidido a llevar a cabo una operación de saneamiento similar a la que realizó el Central con el Valencia o el Banesto con Agromán.

Banesto procederá a una ampliación de capital del Banco Catalá de Crédit por un valor que puede ser equivalente a los recursos propios con que cuenta en la actualidad el banco, 3.500 millones de pesetas de capital y 200 de reservas.

Junto a, esta inyección de recursos propios a coste cero, lo que debe mejorar la rentabilidad general del banco, llanesto comprará parte de los eréditos morosos o fallidos que el Catalá de Credit heredó del Garriga -los 4.000 millones de pesetas- y procederá a concederle préstamos a tipos de interés por debajo de los de mercado.

De esta forma, el banco filial elimina sus pérdidas y genera más recursos. Se trata de trasladar de una parte a otra algo de la rentabilidad del grupo Banesto, que se espera poder recoger de nuevo, en forma de plusvalía, el próxirrio año, cuando se saque a bolsa una parte del capital del banco

En esta misma línea de obtención de plusvalías mediante la venta de una parte de la cartera de valores que posee Banesto se encuentra la preparación para que el Banco de Vitoría salga a bolsa antes de que finalice el año.

Resultados atípicos

El Banco de Vitoria es una entidad saneada, con potencial de crecimiento en el País Vasco, y cuya salidad a bolsa permitirá a los responsables del grupo presentar a finales de 1988 una cuenta de resultados con ingresos atípicos suficientes para hacer frente a todas las provisiones ordinarias y extraordinarias que debe hacer Banesto -por encima de los 40.000 millones de pesetas- y mantener una cifra de beneficios acorde con el reparto de un dividendo similar al del año anterior.El Banco de Vitoria obtuvo 613 millones de pesetas de beneficio antes de impueslos durante el ejercicio del año pasado, con un crecimiento del 114% sobre 1986. Los recursos generados ascendieron a 3.322 millones de pesetas, de los que 2.341 millones de pesetas se destinaron a insolvencias extraordinarias y provisiones. Los beneficios brutos obtenidos en los cinco primeros meses del año se han situado en 900 millones de pesetas.

Las provisiones para el fondo de pensiones del personal activo, que no se hicieron el año pasado y que suponen unas necesidades de fondos de unos 16.000 millones de pesetas entre 1987 y 1988, y los flecos de la operación Garriga y Agrornán,se llevarán la mayor parte de estas provisiones.

Una parte puede ser compensada, si se cierra finalmente la operación Coca, con la recuperación de más de 10.000 millones de pesetas de provísiones ya realizadas por este asunto y que, al materializarse, podrían destinarse al fondo de pensiones, y que pueden producir una ligera recuperación de las provisiones totales ya realizadas por este asunto que se viene arrastrando desde hace varios, años y que ha provocado unas pérdidas para Banesto de unos 30.000 millones de pesetas, según las estimaciones de la propia entidad.

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