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El ruso Kolbin aprende el idioma kazajo

Pilar Bonet

El ruso Guenadi KoIbin, jefe del partido en la República Soviética de Kazajstán, aprende el idioma kazajo como una de las medidas para lograr un buen ambiente en la república, adonde llegó en diciembre de 1986, tras el cese del kazajo Dinmujamed Kuriaev, un estrecho colaborador de Leonid Breznev.En una comparecencia con la Prensa en Moscú, durante la conferencia del Partido Comunista. de la Unión Soviética (PCUS), KoIbin enumeró las medidas emprendidas bajo su dirección para calmar las tensiones nacionalistas en Kazajstán. El dirigente dijo haber intervenido parcialmente, y "con acento", en idioma kazajo, en el último pleno del comité central de la república, celebrado en junio, y aseguró que aún podía hablar con los delegados de Georgia en georgiano, un idioma que aprendió cuando fue segundo secretario del partido en aquella república del Cáucaso.

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Alboroto en la conferencia

Los kazajos son hoy minoría en Kazajstán, una república que atrajo a muchos emigrantes eslavos en tiempos de Leonid Breznev y, la única donde el máximo dirigente del partido no pertenece a la nacionalidad de origen.

Entre las medidas adoptadas por KoIbin para suavizar la situación están nuevas posibilidades para aprender las distintas lenguas de las comunidades residentes en la república y un mayor contacto personal entre dirigentes de distintas nacionalidades, según dijo. KoIbin lleva a cabo un programa sistemático de encuentros con los intelectuales de Kazajstán. La comunidad alemana de Kazajstán (800.000 personas), castigada en los tiempos de Stalin con la abolición de la república que poseía junto al Volga, tendrá un teatro nuevo en Alma Ata el año próximo, dijo Kolbin.

Éste aseguró haber combatido la corrupción de los círculos dirigentes kazajos en época de Kuriaev pidiendo a algunos de los implicados que "devolvieran lo que habían robado". Según explicó, muchos reaccionaron positivamente, hicieron la transferencia bancaria oportuna, que les eximía de responsabilidades penales, y escribieron una nota con el nombre, la dirección y el texto "devuelvo el dinero ganado ilegalmente". "Ahora", dijo, "duermen tranquilos".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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