Cinco estrellas
El suscriptor de EL PAÍS José Antonio Núñez Lladó, de Las Palmas, se queja por la falta de continuidad de algunas informaciones en la edición que recibe. Pone como ejemplo reciente las crónicas sobre la Eurocopa de fútbol, en la que el periódico tenía un enviado especial. En los periódicos que llegaron a sus manos no pudo leer las correspondientes a los partidos de semifinales. "¿Por qué nos discriminan a los lectores de Canarias?", pregunta, Núñez admite que la hora en que se produjeron aquellos encuentros impedía que la edición que recibe -ha de entregarse a máquinas antes de las diez de la noche, hora peninsular- incluyera la crónica correspondiente, pero protesta porque en el periódico del día siguiente no se recuperara. Considera que él ha contribuido a sufragar los gastos del enviado especial y, en consecuencia, tiene derecho a conocer sus despachos.En efecto, la edición que se envía a Canarias no pudo incluir las crónicas del enviado especial sobre los partidos Italia-RFA, Holanda-RFA e Italia-URSS.
El jefe de la sección de deportes, Alex Martínez Roig, explica que, en vista de lo tardío del comienzo de los partidos de semifinales, se buscó una fórmula excepcional: hacer una crónica de alcance (sustituir una información del periódico que se está imprimiendo por la del partido en cuestión) lo más rápidamente posible "para intentar que entrase en el mayor número de ediciones". "Hacerlo así", añade, "implica que al día siguiente la crónica no puede recuperarse", porque cabría el peligro de repetirla dos veces en algunos lugares.
El esfuerzo del alcance
El esfuerzo que supusieron aquellos alcances no benefició a Canarias: al día siguiente, EL PAÍS daba por hecho que los lectores del archipiélago estaban enterados de los resultados y del desarrollo del encuentro. Y de esto se queja, justamente, Núñez Lladó.
"Comprendemos la queja del lector", dice Martínez Roig, "pero es difícil compensar al día siguiente los desajustes que produce una información de alcance". "En este caso", dice, "desde luego no pagan justos por pecadores ni hay una discriminación consciente". Desde luego; pero, dada la complejidad de la distribución del periódico, que abarca todo el territorio español y el extranjero, las informaciones de alcance pueden correr el riesgo de afectar al interés informativo de algunos lectores, como ha ocurrido ahora.
Si la sección de deportes hubiera sabido que aquellos alcances no llegaron a Canarias, a buen seguro que al día siguiente habría publicado en los ejemplares del periódico que llegan a las islas las crónicas que allí nunca llegaron a conocer los lectores.
Cinco ediciones
En la parte superior izquierda de la primera página de EL PAÍS, los lectores podrán ver una, dos, tres, cuatro o cinco pequeñas estrellas. Con estos signos se identifican cada una de las cinco ediciones diarias de EL PAÍS.
Cinco estrellas corresponden a la edición de Andalucía; cuatro, a la de la Comunidad Valenciana; tres, a la de Cataluña y Baleares; dos, al resto de las comunidades, excepto las provincias de Guadalajara y Toledo y la Comunidad de Madrid: la edición para estas zonas tiene una estrella; es la última en cerrarse y la última en salir de las rotativas.
El orden de salida de las ediciones está calculado teniendo en cuenta el tiempo que cada una necesita para su distribución en función de las distancias que tienen que cubrir y el medio de transporte empleado.
Salvo las lógicas excepciones que se pueden producir, el orden en que salen las ediciones que se imprimen en Madrid es el siguiente: primero, la edición de dos estrellas, luego la de cinco, a continuación la de cuatro y, finalmente, la de una. La edición de tres estrellas -Cataluña y Baleares- dispone de una planta de impresión propia en Barcelona y su hora de comienzo de distribución viene a coincidir con la de una estrella.
Crónicas repetidas
Al extranjero se distribuye en su mayor parte la edición de dos estrellas y está a la venta en la inmensa mayoría de las ciudades europeas el mismo día que en España.
A la República Federal de Alemania (RFA), el 80% de los, ejemplares que se envían corresponden a la edición de una estrella -la última- y el 20% restante a la de dos. Un desajuste en la distribución de estas dos ediciones, imputable a un fallo en la compleja red que hay que cubrir, ha provocado la queja -que en cierto modo resulta lo contrario del caso de Canarias con la Eurocopa- del lector Ángel Menéndez Solar, quien escribe desde Wetzlar (RFA): "El 30 y 31 de mayo me tocó leer dos días seguidos la misma crónica taurina de una de las corridas de la feria de San Is¡dro". El 7 y el 8 de Junio le vuelve a suceder lo mismo: se encontró por segunda vez con la crónica de la última corrida de los festejos. "¿Cómo puede suceder tal cosa?", pregunta.
Había ocurrido, sin duda, que los, días 30 de mayo y 7 de junio recibió EL PAÍS de la última edición -una estrella-, en la que se incluía la reseña taurina, cosa que no pudo hacerse en la dedos estrellas de las mismas fechas. Aquellas reseñas fueron recuperadas el 31 de mayo y el 8 de junio en todas las ediciones que no la alcanzaron el día anterior, y precisamente éstas -las de dos estrellas, concretamente- fueron las que llegaron a las rrianos de Menéndez Solar, de manera que volvió a leer lo que ya había leído en el periódico "de ayer": "por si no me había enterado bien", escribe.
Este tipo de percances no son frecuentes, pero algunos resultan inevitables: a partir de determinada fase de la distribución en el extranjero, dejan de operar los mecanismos propios del periódico. Sólo a posterior¡ pueden tomarse medidas para que no se repitan. La información que los lectores proporcionen sobre estas anomalías es valiosísima para que no se reproduzcan.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.