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La paradoja

El caso del sádico David Baxter Noyes ha puesto de manifiesto las contradicciones del derecho.Los forenses y peritos psiquiatras han explicado al tribunal que el norteamericano es un individuo sumamente peligroso y que, debido a su personalidad sádica, puede repetir en cualquier momento una acción como la que causó la muerte a la prostituta Rufina Sanz, a la que estranguló, profanó el cadáver y lo arrojó por la ventana de su habitación.

Sin embargo, los peritos no coinciden sobre si Baxter era consciente y, por tanto, responsable de sus actos. Cuatro de ellos consideran que tenía las facultades mentales muy disminuidas, mientras que un quinto, asegura que el ingeniero finge la amnesia y que es perfectamente imputable. Todos ellos están de acuerdo en que no es un enajenado, esto es, que no está loco todo el tiempo, sino sólo en los momentos de excitación sexual, por lo que no tiene sentido internarlo permanentemente en un psiquiátrico, del que, por otra parte, una persona de gran inteligencia, como él, no tendría ningún problema para escaparse cuando quisiera.

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Se da entonces la paradoja de que la sociedad no puede dejar en libertad a Baxter porque es un individuo muy peligroso, pero al mismo tiempo, su responsabilidad, según la mayoría de los peritos, está muy disminuida por lo que la condena tendría que ser leve, y por tanto quedar pronto en libre.

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