Ningún candidato entusiasma
Para los historiadores y politólogos resulta incomprensible. Estados Unidos está en paz y la economía boyante, sin riesgo inmediato de recesión o asomo de un rebrote de la inflación. Con estos datos nunca el partido en el poder ha perdido unas elecciones. Sin embargo, el vicepresidente George Bush y los republicanos pueden hacer historia y perder en noviembre la Casa Blanca.Bush no da una. Su campaña parece incapaz de despegar y el vicepresidente no logra proyectas una imagen propia, separada de Reagan. El tecnócrata Dukakis, sin brillantez, pero sin cometer errores, proyecta una imagen creciente de competencia y seguridad. El último sondeo nacional, publicado esta semana, muestra al vicepresidente con un 40% de intención de voto el 8 de noviembre frente a un 53% de Dukakis.
Pero refleja también que ninguno de los dos candidatos entusiasma a los ciudadanos. Bush pierde casi por completo el voto femenino que logró Ronald Reagan. Dukakis es claramente el candidato preferido por las mujeres -que integran más de la mitad del electorado- por una ventaja de más de dos a uno. El vicepresidente también pierde el apoyo de los sectores conservadores, demócratas e independientes, trabajadores industriales que se pasaron a Reagan en 1980 y 1984.
Pero la encuesta muestra asimismo que aunque las perspectivas de Bush no son brillantes, su situación no es desesperada y puede ser reversible. Los norteamericanos no están tampoco apasionados por Dukakis. Se trata más bien de un sentimiento anti Bush pero que no abraza al candidato demócrata con convicción. El gobernador de Massachusetts aparece sólo como un mal menor frente a un vicepresidente que cinco meses antes de la elección cosecha el índice más alto de rechazo de los últimos 30 aflos (un 40%).
Pero sólo un 25% de los partidarios de Dukakis siente un corripromiso firme con él, y un 50% se declara más opuesto a Bush que favorable al gobernador de Massachusetts. Por el contrario, 3 de cada 10 votantes de Bush declaran un apoyo positivo al candidato republicano, y dos tercios de sus votantes afirman que votarán convencidos por Bush y no por emitir un voto contra Dukakis.
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