La huelga de guionistas paraliza las grandes series de televisión
Los guionistas de las grandes series norteamericanas de televisión, en huelga desde el 7 de marzo, no están dispuestos a vender las vidas de sus héroes por lo que se les paga. Como mínimo, un guionista de serie cobra 8.000 dólares (unas 945.000 pesetas) por guión de una hora, que, en el caso de un autor de éxitos, puede alcanzar cientos de miles de dólares. La huelga puede provocar la repetición de series tan famosas como Dinastía, Dallas, Las chicas de oro o Luz de luna. En principio no habrá episodios nuevos de las series preferidas ni telefilmes de nueva creación hasta bien entrado el otoño o, según los más pesimistas, hasta el año que viene.
Si la huelga de guionistas continúa, las grandes series norteamericanas volverán a las televisiones de todo el mundo y desde los primeros capítulos. De esta forma se va a tener oportunidad de saber cómo era Krystel antes de casarse con Carrington o si JR fue siempre tan malvado como ahora.El guión se convierte en propiedad del productor, que puede, a su vez, revenderlo a otras emisoras independientes del país o a cadenas extranjeras. En el primer caso, el guionista recibirá 16.000 dólares (1.890.000 pesetas) por las seis primeras veces que se exhiba el episodio fuera de las grandes cadenas, como CBS, NBC o ABC.
Cuando la venta se realiza en el extranjero, los escritores tienen derecho a recibir una cantidad única de 4.000 dólares (470.000 pesetas), independientemente del éxito que su producto tenga, de los países donde se exhiba y del número de veces que aparezca en pantalla.
Los guionistas no están de acuerdo con lo que consideran una "explotación de su fantasía" y el 7 de marzo comenzaron una huelga para conseguir, por ejemplo, mayores ingresos por la comercialización de sus obras en el extranjero. Dicen que no aceptan los 4.000 dólares, sobre todo ahora que en millones de hogares extranjeros se odia a JR y a Angela Chaning por desalmados, se compadece a Krystel Carrington y se desea más o menos inconfesadamente a la rubia Cibil Shepard.
La última propuesta de los productores, rechazada por los guionistas, consiste en ofrecerles a éstos un porcentaje por la reventa de sus episodios en lugar de una cantidad fija y en establecer un comité permanente que se encargaría de proteger sus derechos de creación intelectual.
Si los no estadounidenses no quieren verse condenados, pues, a soportar una y otra vez cómo se llevaron los extraterrestres a Fallon Carrington, o cómo Alexis Colby seduce inmisericorde e incansable a tirios y troyanos, tendrán que rezar al cielo para que los productores cedan y paguen más.
De lo contrario la huelga, que ha entrado ya en su cuarto mes y que ya en abril había costado a los productores casi 16 millones de dólares, puede dejar sin trabajo a medio Hollywood. Como consecuencia se informa ya de que más de 20.000 personas han pasado a engrosar las filas del paro.
Productores
La Asociación de Guionistas de Estados Unidos, que agrupa a 9.600 escritores, pretende mantenerse unida en sus reivindicaciones y ha conseguido ya producir las primeras fisuras en la asociación de productores.Según fuentes del sindicato de guionistas en Los Ángeles (California), se han firmado ya un centenar de nuevos contratos por los que se mantienen los 16.000 dólares por la reventa en el mercado estadounidense de los guiones, cantidad que los productores pretenden reducir a la mitad. También se garantiza a los guionistas casi 1.000 dólares (118.000 pesetas) más después de tercer año en el caso de exportación de sus historias, lo que aquellos consideran un ligero avance en una situación que llevaba casi una veintena de años sin cambios sustanciales.
Gracias a la ruptura del frente de productores, los televidentes estadounidenses y de otras latitudes podrán seguir riéndose por ejemplo, con los golpes de humor de la familia de Bill Cosby.
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