Por fin

Menos mal que hace tiempo que se acabó mayo. Lo estaba deseando desde que descubrí, a primeros de año, repasando los anales, que en tal remoto mes como el que se ha ido cumplían los cuarentones 20 años de revivaL.

Desde que la fecha tomó la nacionalidad francesa cuando éramos infantes, los que hoy nos acercamos a los 30 nos planteamos cómo mirar el mayo florido y hermoso. Si con loas virginales, como indican los progenitores de la posguerra; si con canutos al aire, puños en alto y tetas fuera, como machacan nuestros hermanos los mayores; si con litronas, viajes de fin de curso y anfetas para pasar los exámenes, como practican los que nos siguen. Ni siquiera sabemos si quitarnos el sayo, con tanta lluvia y tanta gaita.

Ahora, todo hay que decirlo, ya asumíamos desde el primer momento que este año los herederos del 68 íbamos a tener 11 meses en propiedad y uno cedido en alquiler. Lo hicimos con la esperanza de que, pasado el aniversario, dejaran de insistir en lo del mayo de las manis, que ya tenemos suficiente con las batallitas republicanas del abuelo. Les hemos regalado uno de los meses largos del año, uno de 31 días, a conciencia, por ver si se cansan de mirar su propio ombligo y consiguen ilusionarse con el del vecino. 0 el de la vecina.

Además, que quede claro que ellos fueron los que soñaron con la democracia, pero fuimos nosotros los que terminamos acostándonos con ella, y aún está por ver quién se ha llevado la mejor parte.

Por otro lado, todo esto me pilla con las defensas caídas, con todo el furor del verano escultural en la vagina, los morenos músculos de los prójimos... y así no hay quien guarde fuerzas para lanzar una OPA al Mayo del 68.

Una se lo ha planteado del irnodo más práctico y espera que, llegado el momento, un sesentayochista en pleno remember con canas grite en la intimidad eso de "haz el amor y no la guerra" y no se quede dormido. Que de algo nos ha de servir que se sientan una pizca héroes.