Navajas prohibidas
Somos unos estudiantes de octavo de EGB del colegio público Menéndez Pelayo de Santander. El miércoles día 8, por la mañana, visitarnos Toledo -dentro de nuestro viaje de estudios-, y unos cuantos de nosotros compramos unas navajas automáticas de bastante tamaño a 950 pesetas, con la intención de llevarnos un recuerdo de la ciudad, pero sin intención de agredir a nadie.¡Qué sorpresa nos llevamos cuando el viernes día 10 visitamos el Congreso de los Diputados! La policía del Congreso nos confiscó las navajas que nosotros declaramos al entrar, creyendo que nos las iban a devolver al salir. Sin embargo, no fue así, ya que no nos las devolvieron y encima nos querían fichar, cosa que no ocurrió al negarse nuestro profesor, responsabilizándose de nuestro delito de llevar estas armas, que están prohibidas vender a los niños, cosa que no sabíamos, aunque sí lo sabía el que nos las vendió.
Esperamos que esta carta sirva de aviso a otros compañeros y también a las autoridades para que vigilen la venta de estas navajas-
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