Infiltrarse para llegar al cielo
La estrategia económica-político-religiosa de la secta Moon, infiltrándose en el tejido social de forma encubierta para implantar el "reino de los cielos en la tierra", ha sido reiteradamente denunciada desde diversos organismos internacionales. Las actividades de la secta Moon han sido, incluso, debatidas y condenadas desde el Parlamento Europeo. Sin embargo, numerosas instituciones y personalidades internacionales han continuado prestando soporte y colaboración a las actividades del reverendo Moon.Un ejemplo claro de actitud contradictoria con respecto a la secta Moon es el que ha ofrecido, hasta ahora, la Iglesia Católica. En febrero de 1985 el Nuncio Apostólico de España, Antonio Innocenti, dirigió una carta al presidente de la Confederación Española de Religiosos (CONFER) alertándole sobre las actividades de la secta y su capacidad de convocatoria. En uno de los párrafos de la carta se decía, "a tales congresos [los de la secta] son invitados numerosos eclesiásticos y seglares, que no siempre, tal vez están al corriente de los fines que dicha secta se propone, atraídos además, algunas veces, ya por facilidades económicas convenidas, ya por la perfecta organización". Semanas más tarde de que fuera enviada esta carta, Juan Pablo II recibía en audiencia a los miembros participantes en una reunión de la Asociación pro Unidad Latinoamericana (AULA), organismo fundado e impulsado por la secta Moon.
En el campo político y especialmente en EE UU es donde más patente se hacen estas contradicciones. La secta Moon que ha sido especialmente perseguida en EE UU ha colaborado, sin embargo, en los últimos años con el presidente Reagan.
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