Nigeria corteja a España en Guinea Ecuatorial
El vacío español, causa de tensiones internacionales en la ex colonia
La retirada de España de Guinea Ecuatorial y su entrega a Francia está convirtiendo al golfo de Guinea en un peligroso foco de tensiones. Ésta es, según los observadores occidentales, la clave de la actual crisis entre Guinea y Nigeria. Con el pretexto de la presencia de surafricanos en la isla de Bioko, cuya expulsión exige Lagos, Nigeria ha iniciado una batalla para recuperar el protagonismo que cree le corresponde en la ex colonia española, por encima incluso de Francia. En este sentido, el embajador nigeriano en Malabo, F. B. I. Porbeni, declaró a este diario: "Queremos que España recupere su papel de ex potencia colonizadora en Guinea; pero, de no ser así, no toleraremos la francofonización de este país".
La tirantes relaciones que mantienen actualmente Guinea Ecuatorial, Nigeria y Suráfrica son, según los observadores occidentales, sólo la punta del iceberg del disgusto con el que Lagos contempla el creciente dominio francés en la ex colonia española. Según estos medios, la crisis que Nigeria ha desencadenado para forzar la expulsión de Guinea de una misión de cooperación surafricana ha sido una medida para, además de reafirmar sus posiciones contra el apartheid, enviar el siguiente mensaje a España: Lagos está dispuesto a respetar, e incluso desea, la permanencia de la ex potencia colonizadora en Guinea, pero no tolerará intromisiones de extraños en lo que considera, por razones históricas y geográficas, su zona de influencia.Nigeria, en efecto, ha mantenido una tradicional presencia en la isla de Bioko, donde se halla situada Malabo. En los tiempos de la colonia española, unos 40.000 trabajadores nigerianos -actualmente la isla cuenta con unos 120.000 habitantes- fueron la base de la mano de obra que hizo prosperar las fincas de cacao, principal riqueza del país.
Denuncias contra Malabo
La proximidad de la isla -apenas a 12 minutos de vuelo de Nigeria- induce a los dirigentes nigerianos a creer que la seguridad de su país se halla directamente afectada por las decisiones que se toman en Malabo. Y la Prensa nigeriana se ha hecho eco de estos argumentos para exigir de su Gobierno, con una amplia campaña de denuncias contra Malabo, una respuesta a la medida de la inconsciencia del presidente Teodoro Obiang al permitir el establecimiento de los surafricanos en su país con titulares como en los que se asegura que Ya es hora de anexionar Guinea.
"Nigeria, a diferencia de la mayoría de los demás países africanos, goza de una amplia libertad de expresión", afirma el embajador nigeriano en Malabo, el capitán -de navío F. B. I., Porbeni. "Por ello, lo que digan los numerosos medios informativos no tiene por qué ser considerado como la opinión del Gobierno, que no tiene, desde luego, intención de anexionar Guinea", añade.
Es la presencia de Francia lo que, junto a los cooperantes surafricanos, preocupa al representante diplomático nigeriano: "No nos importa que los franceses tengan intereses en Guinea pero no estamos dispuestos a que dominen este país ni a que los guineanos se francofonicen", afirma Porbeni.
Nigeria ya expresó su malestar por la presencia francesa en Guinea Ecuatorial en 1984 con el envío a Malabo, en un buque de guerra, de uno de sus representantes con el fin de pedir explicaciones a Obiang sobre su decisión de integrar el país en la zona del franco.
Para Porbeni, la bancarrota en la que se halla la nación vecina es una prueba más que suficiente de que la solución de Guinea no está en la UDEAC sino en la cooperación entre España y Nigeria, "base de la prosperidad de la época colonial del país".
A su vez considera que el desarrollo es una de las claves para la vuelta de la estabilidad a la zona que en su opinión corre el riesgo de convertirse en un nuevo Chad: "Es el hambre lo que hace un país susceptible de tentaciones peligrosas como las de aceptar residuos radiactivos" añade al referirse a un contrato firmado recientemente por Obiang con dos empresas británicas para almacenar residuos tóxicos en la isla de Annobón, 640 kilómetros al sur de Malabo.
Promesas del Rey
"Por estas razones mi país considera sumamente necesario que España concrete las promesas de estrechtr la colaboración en la zona realizadas porel rey Juan Carlos en su viaje a Lagos", subraya Porbeni.
El peligro de invasión nigeriana es, según algunos observadores, una exageración que Obiang airea oportunamente para reforzar su extenuada situación política. Sin embargo, incluso los más optimistas no excluyen la posibilidad de que Nigeria administre un correctivo al presidente guineano al que no pierde oportunidad de desprestigiar. Hay precedentes de contundentes toques de atención al Gobierno de Malabo: los guineanos recuerdan el aterrizaje hace unos años de un Hércules de Nigeria en el aeropuerto de la capitalo para exigir la indemnización que el Gobierno negaba por la muerte en Guinea de uno de sus ciudadanos.
Un gigante con ganas de hablar
La campaña desatada por la Prensa nigeriana toca una de las llagas de la opinión pública nigeriana que no ha olvidado la humillación que en los años setenta, el dictador Macías, les infligió con la expulsión de 40.000 trabajadores nigerianos de Bioko.Entonces Nigeria tenía las manos atadas debido a la guerra de secesión que se libraba en Biafra. Ahora las cosas son distintas. En los días en los que el cielo está despejado, es fácil ver desde Malabo las plataformas para la extracción del petróleo que han convertido a Nigeria en la segunda potencia económica y militar africana, tras la República Surafricana.
Este desarrollo ha marchado junto a una creciente conciencia de Nigeria de gigante africano que ahora exige jugar su papel a nivel internacional. En los foros internacionales, Nigeria ha levantado con fuerza su voz contra el apartheid o el vertido de desechos radiactivos en el continente negro. Sin embargo, estas ambiciones chocan con el cerco que considera que Francia le tiende con su ofensiva para atraer incluso a países no francófonos a la UDEAC (Unión Aduanera del África Central) como es el caso de Guinea Ecuatorial.
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