El IPC pasó inadvertido
La publicación de un IPC menos bueno de lo esperado por los inversores estuvo precedida en los mercados de valores por un ambiente apagado en el que el papel comenzaba a dominar. La coincidencia de la jornada de cierre con algunos planteamientos vendedores, y con el desencanto producido por unos precios que se resisten a frenar su escalada, ha tenido como efecto principal la pérdida del nivel del 300% y la apertura de un período de dudas del que las cotizaciones no parece que vayan a salir bien paradas.La situación ha confirmado a los valores eléctricos como los únicos que poco o nada tienen que perder, ya que sus cambios apenas acusaron la presencia de partidas vendedoras, con la excepción de Endesa que aún ofrece un pequeño margen a los nuevos accionistas. Tras esta apertura, cada grupo trató de ajustar sus posiciones desentendiéndose, o al menos intentándolo, de! resto del mercado, lo que acabó con cualquier posibilidad de darle a la jornada un aire definido.
Incluso los títulos del monopolio telefónico rompieron su máximo anual, como dando a entender que el esfuerzo particular se ajustaba a los mandatos del mercado, y que a partir de ahora todo va a ser más complicado. Las expectativas se centraban, no obstante, en el sector bancario, sobre todo por ver su reacción ante el previsible cambio de decorado. Poco o nada pudieron sacar en claro los inversores de este grupo, pues el papel remitió en su presión lo que, de paso, sirvió para que el esfuerzo comprador resultase menos gravoso. Las bajas no superaron los 12 enteros, y sólo Banesto vio cómo su saldo vendedor, esta vez muy corto, era retirado del mercado.
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